Rafael Garrido Rodríguez

A la hora de abordar las clases es esencial comprender la forma en la que el alumno puede desarrollar todas sus capacidades. Es por ello que cada clase debe adaptarse a las necesidades y requerimientos de la ocasión y de los asistentes. Empezamos siempre con una ligera conversación, a través de la cual comprobaremos los aspectos a trabajar en la sesión. Luego procederemos a ahondar en aspectos de gramática, sintaxis o vocabulario por medio de ejercicios, y más tarde los aplicaremos a la lectura de textos y a ejercicios sobre los mismos. Es importante, a su vez, realizar diversas actividades de audio y comprensión, usando tanto mi propio discurso como materiales externos (audios, podcasts, fragmentos de series y películas, etc.). Para acabar, remataremos la sesión con un poco de diálogo, desenfadado pero asegurándonos de que se hace uso del contenido tratado en la clase. Dependiendo de las exigencias del alumno, será posible introducir ciertos juegos y dinámicas más interactivas, ya sea a través de kahoots o juegos de memoria, para así consolidar la materia novedosa recién tratada. Todos estos puntos están, por supuesto, sujetos a la variabilidad que cada caso y circunstancia en específico presenta, si bien intentaré por todos los medios aportar todo el dinamismo necesario para que las clases puedan desarrollarse de forma fluida, desenfadada y eficaz. Por otra parte, sería necesario introducir con cierta frecuencia tests para llevar un seguimiento del desarrollo del alumno, de forma que pueda planificar las sesiones de la mejor forma posible en cada caso.