Hace unos años que fui alumno de Bill. Sus fuertes son su metodología y sus conocimientos del inglés (sí, es nativo, ¡pero lo de Bill es vocación!). Yo ya había tomado clases de inglés antes con profesores particulares y en academias. Olvídalo. Si tienes la oportunidad de a-p-r-e-n-d-e-r con William, ese dinero va a ser una gran inversión, no de futuro, sino inmediata. Ahora vivo en Nueva York, y una de las cosas que más echo de menos aquí son las clases de Bill (con permiso del jamón ibérico).
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