El filósofo hace referencia a los valores con los que el ser humano enfrenta la vida, pero no los entiende como valores que hayamos elegido, al contrario, son valores impuestos con los que caminamos día a día, cual camello con su joroba (de las tres transformaciones) y caminamos pesados asumiendo esa carga sin cuestionarla. Por ello, cuando hace referencia a los valores de antaño y el nacimiento del súper hombre afirma que "Dios ha muerto". En el momento en que ese súper hombre es capaz de crear valores y no aceptar simplemente lo impuesto, muere Dios, pero no el Dios cristiano, sino ese Dios como representante de la moral heredada.
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