Recibí clases de Alfredo en el Centro Universidad durante un año, y la experiencia no pudo ser mejor. Se adaptaba a la dificultad de los diferentes niveles de los que allí estábamos, mezclando un poco de teoría y práctica de guitarra -que era lo que yo más deseaba-. Cada día salíamos con 2 o 3 canciones nuevas, si melodía y acordes. Además con su buen carácter y cercanía.
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Alfredo responde:
Lo cierto es que el primer día que entré a clase, os vi allí a los 20-22 y dije: ostras, pedrín, vaya reto! El vértigo se me pasó a los 10 min, justo cuando entraba la ilusión. Qué placer tan grande es enseñar a quien quiere aprender.
