Sabemos que en muchos momentos de la enseñanza, ser profesor nos trae muchas dudas. No sería distinto para los profesores de literatura. Para ello, hoy traemos buenas prácticas para la educación literaria.
- Nuestro objetivo es crear lectores autónomos de por vida, con criterio. Por ello debemos ayudar y orientar, no imponer ni limitar.
- Las obras seleccionadas deben ser valoradas detenidamente y deben estar orientadas a cumplir nuestros objetivos. Es decir, no vamos a escoger una obra por su gran relevancia histórica, si no por la relevancia que tenga para nuestros alumnos y su proceso de aprendizaje.
- La adolescencia es una etapa turbulenta en la que se revisa la propia identidad. Por ello, es necesario que nuestros alumnos establezcan un diálogo con las obras que hemos seleccionado. El objetivo de esto es que sean capaces de identificarse, de reflexionar, aprender y de sentir con cada lectura.
- Mediante itinerarios de lectura, conecta obras de actualidad con grandes clásicos, que sean conscientes de que los problemas e inquietudes actuales son parecidas a las pasadas y que los clásicos no están tan desactualizados como se piensan.
- Debemos mostrarles lo que no se esperan encontrar en la literatura: lo políticamente incorrecto. Que ellos mismo sean capaces de generar su propia conciencia crítica.
- Obras de temática múltiple: de amor, desamor, guerra, dolor, muerte, risa, alegría, esperanza, política, crítica, sátira y parodia, etc. Es necesario que nuestros alumnos sientan diversas emociones y sensaciones y que conozcan todo lo que podemos experimentar con la lectura. De esta manera, estaremos ofreciendo diversidad ya que no a todos les gusta lo mismo y en la mayoría de las ocasiones solo hay que tocar el botón adecuado.
- Debemos ser capaces de trabajar la literatura desde la transversalidad. La literatura nos rodea y debemos descubrirles que hay literatura donde menos se los esperan. Mediante los tópicos, las leyendas, los recursos estilísticos que encontramos en la propaganda y los textos publicitarios, en los anuncios, en el cine, etc. podemos acercarles la literatura desde otros lugares que no sean los libros o los manuales.
- Acerquémonos a su mundo. Interesémonos por lo que ellos leen, conozcamos a sus ídolos y ayudémosles a crear referentes literarios.
- Trabajemos la literatura desde lo colectivo, aprendamos a disfrutar todos juntos.
- Extrapolemos la literatura más allá de los libros. Acerquémonos a sus medios de socialización (Twitter, Instagram, Blogs, RRSS…) y leamos con ellos.
