¿Sabemos lo que aprendemos con la lengua estándar?

 

Una de las grandes preguntas que me suelo hacer sobre mi propio aprendizaje de una lengua extranjera y el de mis alumnos es  si realemente sabemos lo que estamos aprendiendo. Cuando adquirimos nuestra lengua materna adquirimos diferentes registros del lenguaje: formal, informal, coloquial, vulgar. También adquirimos el conocimiento de saber qué registro utilizar en cada momento y en cualquier situación. Pero, ¿realmente somos conscientes de ello cuando aprendemos una lengua extranjera?

Normalmente, los libros de texto recogen la lengua estándar, aquella que esta aprobada cómo el tipo de lengua todo alumno extranjero debe aprender en las academias y en las escuelas de idiomas públicas y privadas. El alumno, por un lado, aprende unos patrones gramaticales determinados que los relaciona con unos "equivalentes" en su lengua nativa. Normalmente, estos "equivalentes" suelen corresponder a expresiones utilizadas en el día a día. Pero, ¿realmente so pueden considerar como tales?

En el caso del japonés como lengua extranjera les sorprende cuando les explico el nivel de registro del japonés real que están aprendiendo con la lengua estándar. Para ello veremos el siguiente ejemplo de una oración simple en castellano y su traducción en japonés:

  • Me gusta la carne. (me gusta: verbo; la: determinante; carne: sustantivo)

Esta frase de ejemplo se podría interpretar como un nivel estándar que roza el límite del lenguaje coloquial, pero dentro de una variante formal. Si tuviera que enseñar este patrón lingüístico en japonés utilizaría la siguiente frase:

  • Niku ga suki desu. (Niku: sustantivo, carne; ga: partícula de sujeto; suki: adjetivo, ¿gustar?; desu (verbo ser).

Pero, nos encontramos con un problema de equivalencias entre las categorías gramaticales de las dos lenguas sobre  todo en la relación entre "gustar" y "suki", El primer término es un verbo y el segundo es un adjetivo que necesita ir acompañado con el verbo "desu" para no caer en el error sintáctico en japonés. Por lo tanto, ¿la frase en castellano sería el "equivalente" a la estructura japonesa?

Aunque a simple vista podríamos decir que sí, la respuesta correcta sería negativa. La estructura castellana es la interpretación que le damos los hispanohablantes en el registro lingüístico que utilizamos normalmente. Por lo tanto, tendríamos que buscar una estructura lo más parecida posible a la de la lengua estranjera y para ello encontramos un adjetivo que cada vez se escucha menos en el lenguaje oral y es la siguiente: "gustoso/a".

Por lo tanto, la frase equivalente en castellano sería la siguiente:

  • La carne me es gustosa.

Por un lado tenemos una característica diferenciadora primordial, la reflexión que no existe en japonés y por otro la tenemos en  las mismas categorías gramaticales de las dos oraciones. Pero, ha habido un cambio de registro lingüístico. Se ha pasado de una interpretación coloquial más adecuado a los usos lingüísticos de los estudiantes a un registro mucho más formal y que según en qué ámbitos socioculturales no se suele utilizar.

Por lo tanto, lo que realmente se aprende con la lengua estándar es un lenguaje formal y culto, en cierta manera, alejado de los registros coloquiales más comunes del castellano como lengua de comunicación y de expresión oral. Los alumnos, se sorprenden realmente por la formalidad en la que realmente se están expresando en japonés si equiparamos las "equivalencias" de las construcciones gramaticales de la L2 respecto a la L1.

Quizás muchos profesores de lenguas extranjeras no tengan en cuenta estos pequeños detalles en las explicaciones gramaticales en el aula pero, en mi caso, sí que me han dado qué pensar desde que realicé mis estudios de lingüística teórica y aplicada.

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