Creo que la base de una buena clase es sentir una complicidad con el profesor, poder hablar con tranquilidad y armonía sobre los temas que se están tratando. Ser gracioso es uno de los métodos más eficientes, no importa la materia que sea, el humor crea ese vínculo de confianza entre el profesor y el alumno que hace que la clase sea más amena.
La inclusión de experiencias personales también hacen...
Creo que la base de una buena clase es sentir una complicidad con el profesor, poder hablar con tranquilidad y armonía sobre los temas que se están tratando. Ser gracioso es uno de los métodos más eficientes, no importa la materia que sea, el humor crea ese vínculo de confianza entre el profesor y el alumno que hace que la clase sea más amena.
La inclusión de experiencias personales también hacen que se conozca más a fondo el profesor, que se vea que el también es humano y que todos fallamos. Ejemplo: cuando daba clases de bartender, uno de los temas a tocar era la cerveza, yo hacía cerveza constantemente por lo tanto parte de las clases era descubir cual fue el error que yo cometí por lo cual la cerveza salió en mal estado, con poca espuma, falta de sabor, amargor, color.
Cuando fui instructor de remo olímpico el método cambia, hay una manera de remar y se explica el paso a paso y el porque de cada movimiento, no es lo mismo remar fuera (maquina de remo) que dentro del agua y las condiciones climáticas pueden variar, hay muchos factores a tener en cuenta. Se enseña a sentir y entender que está pasando con cada músculo del cuerpo, como cuidarse y como forzar al máximo sin lastimarnos.
Como guía de turismo, parte de serlo era enseñar a como caminar en la montaña, ver rastros de diferentes animales, explicar fauna y flora de la zona y contar historias para que el Trekking no sea tan duro para personas sin experiencia.
En fin, un profesor con muchas experiencias distintas y con la pasión para enseñar a personas de cualquier edad.
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