Siempre, desde pequeño quise ser profesor, finalmente no me decante en su momento por los estudios de magisterio al concluir en que todo conocimiento adquirido puede ser enseñado, había otros campos que me apasionaban. Aun así nunca me lo he quitado de la cabeza, y me ilusiona la idea de poder no solo conseguir que se adquieran conocimientos, si no que la adquisición del mismo sea para el alumno una fuente de satisfacción consigo mismo, que se convierta para el en una manera de conseguir victorias en el área de los estudios, en definitiva, un estimulo que les alegre, y además les haga más aptos para la vida. No considero que haya un método mágico de enseñanza, eso sería posible si todos los alumnos fuesen iguales, por lo cual hay infinidad, uno por cada uno, cada alumno tiene en si, por su momento vital, una esponja en la cabeza, pero dadas las causas actuales, puede que estén en dificultad de poder ver y apreciar lo que el conocimiento puede hacer en ellos, no solo otorgarles ese estimulo tan necesario en estas etapas del trabajo bien hecho y el reconocimiento del mismo, si no que vean que no son más que semillas que se siembran ahí, que con el tiempo (aunque piensen que "no vale para nada") germinan y hacen de su cabeza un bonito jardín. Es por esto último, que amo la enseñanza, me parece una bonita manera de hacer algo por el futuro, dar aire limpio.