Tándem en verano: intercambio de idiomas para aprender disfrutando

Tal vez se te hizo tarde para apuntarte a algún intensivo de verano con el fin de aprender o mejorar un idioma…o tal vez no te haya convencido ninguno en particular. ¿Por qué no buscar alguna persona con quien hacer un intercambio lingüístico?



Optar por un tándem lingüístico, además de ser una buena manera de lanzarnos a practicar un idioma y mejorar nuestra confianza comunicativa, implica conocer gente nueva. El verano es una época en que hay mucha más movilidad y muchos aprovechan para viajar o para vivir un tiempo en otro país.  Por ello puede resultar más fácil encontrar alguien con quien intercambiar idiomas.

¿Qué has de tener en cuenta antes de ponerte a buscar?
Es necesario que tengas ya algunas competencias en el idioma que quieres practicar y mejorar. El objetivo del intercambio es charlar, no recibir o dar clases de un idioma. Si en la conversación surgen dudas  gramaticales o de vocabulario se puede hablar de ellas, se pueden hacer puntualizaciones y correcciones, pero más como un apoyo a la fluidez de la charla.

Si puedes elegir, trata de encontrar alguien con quién no puedas comunicarte con fluidez en otros idiomas distintos a los que se van a intercambiar. Es decir, intenta evitar que surja la tentación de emplear un idioma en que os pueda ser más fácil comunicarse.  También es por ello esencial que tengáis un nivel similar del idioma que cada uno queráis mejorar.

En la búsqueda, es importante tratarse de centrar en personas afines a nosotros. ¿De qué hablar con alguien con quien no tenemos nada en común? Fíjate en la edad y en las aficiones. Será así más fácil encontrar temas de conversación pero también decidir los lugares para encontrarse y las actividades a hacer mientras se charla. Congeniar es fundamental para sentirse cómodo y aprender disfrutando del intercambio. Compartir la motivación por aprender al máximo es algo que no debemos poner en un segundo plano. Si la otra persona tan sólo busca probar algo nuevo o pasar el rato conociendo gente acabarás desilusionándote y lo que puedas haber aprendido es menos de lo que hubieras logrado con alguien con tus mismas motivaciones.

Pautas para un buen tándem: juntos en una misma dirección
Una vez la elección está hecha, puedes tener en mente una serie de puntos para que todo vaya sobre ruedas: 

    1-Elegid lugares adecuados en que se pueda conversar cómodamente, sin demasiado bullicio.

    2-Dejad clara la disponibilidad horaria para mantener una regularidad en los encuentros

    3-Apostad también por la comunicación por escrito

    4-Acordad temas de conversación que os puedan interesar especialmente

    5-Probad a compartir alguna afición e intercambiad opiniones e impresiones: visitar museos, hacer algo de turismo, practicar algún deporte, descubrir lugares interesantes, etc.

    6-No corrijáis constantemente los fallos del otro, pues ello dificultará la comunicación.

¿En qué puedo mejorar un idioma?
Intercambiar idiomas permite conocer de primera mano nuevo vocabulario y expresiones idiomáticas o coloquiales que quizás sea más difícil tratar en un curso de idiomas.  Al hablar sobre intereses compartidos podemos aprender expresiones que nos serán de verdadera utilidad. El aprendizaje puede resultar realmente personalizado para ambos.

El hecho de que sean encuentros informales puede ayudar también a perder el miedo a expresarnos en otro idioma: no nos penalizarán por nuestros fallos y no nos pondrán ninguna nota. El querer intercambiar opiniones e ideas se antepone al querer evitar a toda costa cometer errores, por lo que nos podemos lanzar a hablar y, con ello, ir ganando confianza en nosotros mismos.

Beneficios más allá del idioma
El mero hecho de encontrarse para intercambiar un idioma es compartir un entusiasmo por aprender y abrir nuestra mente. El intercambio alimentará este entusiasmo y nos mantendrá con ánimos y expectativas altos para seguir adelante con nuestras inquietudes lingüísticas.

Conocer gente nueva significa ampliar nuestra red social y puede que acabemos haciendo nuevas amistades. Además, el acceder a un idioma de la mano de un hablante nativo o que conoce bien el idioma y la cultura que interesa aprender, es abrir una ventana a nuevos conocimientos que enriquecen nuestras habilidades en un idioma pero también nos puede plantear nuevas perspectivas personales. ¿Y si acabamos descubriendo una cultura que nos fascina más de lo que hubiéramos pensado de antemano?

Por último, elegir un tándem lingüístico no afectará tu bolsillo, pues no implica los costes de unas clases.
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