¿Cómo elegir un buen profesor o una buena profesora de idiomas?

Recuerdo hace años, en la época pre-Internet, qué difícil era encontrar un profesor de idiomas. Tenías que confiar en el boca a boca, y no había muchas opciones donde elegir. Te sentías afortunada cuando encontrabas a alguien en tu mismo barrio o no muy lejos de tu casa.

Ahora hemos pasado al término opuesto. Son tantas las personas que se ofrecen como docentes, que la decisión puede llegar a ser abrumadora. ¿Cómo podemos decidir entre tanta oferta?

Basándome en mi experiencia como profesora y, sobre todo, como estudiante de idiomas, comparto aquí algunos aspectos que considero imprescindibles en un buen profesor y que siempre me ayudan a elegir la mejor opción:

Explícale desde el principio qué necesitas y cuáles son tus objetivos. Comprueba que se adapta a ellos y que no te trata como a un estudiante más.
Huye de los profesores que te dan hojas y hojas de material, listas enormes de expresiones útiles, páginas enteras para memorizar… A menos que puedas dedicar 24 horas al día a estudiar, todo eso será inútil y solo contribuirá a aumentar tu frustración. Quédate con el profesor que dosifique el contenido de acuerdo con tu nivel, a tu ritmo de aprendizaje y a tu disponibilidad.
Busca un profesor que compruebe frecuentemente tu progreso, que haga repasos, que te exija, que trabaje tus puntos débiles, que no avance sin más en un libro de texto por el solo hecho de terminarlo y engañarte pensando que vas a pasar de nivel.
Mira bien los anuncios y mensajes que escribe el profesor. ¿Es descuidado, tiene faltas de puntuación o de ortografía? Elige alguien que sea ordenado, limpio, cuidadoso en su expresión… Si no presta atención a su propia escritura, ¿cómo va a mejorar la tuya?
Un profesor siempre debe preparar sus clases, sea cual sea tu nivel. Notarás pronto si no lo hace y si está improvisando. No te lo aconsejo, por mucha experiencia que tenga. Cada alumno y cada clase es diferente, y siempre requieren una reflexión y una preparación previas por parte del docente.
Elige alguien con paciencia, que ya haya estudiado otros idiomas y que sepa ponerse en tu lugar. Es imprescindible que sepa escuchar y que te deje tiempo para expresarte, sin intimidarte, que te haga sentir cómodo. Te hará ganar confianza y tu evolución en el idioma llegará casi sin darte cuenta.
Exige correcciones. Siempre adaptadas a tu nivel, por supuesto. Pero recuerda: no mejorarás si nadie te corrige. No permitas que te dejen hablar sin señalarte los fallos. Si tu profesor no lo hace así, aprenderás y mejorarás lo mismo hablándole a la pared (y te saldrá más barato).
Y, por último, si pensabas que era el profesor perfecto, pero después de un tiempo ves que no te convence, que no avanzas, que no hay química entre vosotros… no lo pienses más y cambia de profesor.