Del buen profesor y sus virtudes esenciales.

El alumno tiende a preguntarse si el profesor potencial es nativo o tiene estudios que acrediten su conocimiento de inglés: preguntas lógicas y completamente necesarias. Sin embargo, no hemos de olvidar que un profesor de calidad también se define por muchas otras características que tienen un papel clave en el futuro éxito del alumno. A continuación me dispongo someramente a exponer las virtudes del buen profesor.

El buen profesor, según mi criterio, debe siempre estar al servicio de las necesidades específicas del alumno en cuestión. El profesor no debe de forma alguna anteponer sus conocimientos sobre la materia ni su vehículo didáctico para transmitirla a las peticiones concretas del alumno. Es este quien, en función de sus necesidades determinadas, debe, en plena sintonía con el profesor, configurar una metodología didáctica, sobre la materia respectiva, que le resulte provechosa. El profesor, como bien he señalado en anteriores artículos, es un guía que ha de acompañar al alumno en su proceso educativo ascendente. Este substitución del término “profesor” por el de “guía” implica un giro radical en la enseñanza. Profesor y alumno abandonan la relación de verticalidad para fomentar una de horizontalidad. Es evidente que esta relación horizontal guía-alumno tiene más de unidireccional que de bidireccional como consecuencia de los estudios que el “guía” posee debido a su formación profesional. Sin embargo, sería conveniente no subestimar el proceso de retroalimentación que tiene lugar entre guía-alumno; enseñando se aprende, aprendiendo se enseña.

El buen profesor no solo debe enseñar a sus alumnos, también debe motivarlos para amenizar el proceso de aprendizaje. ¿Cómo se estimula a un alumno? La respuesta es clara: siempre destacando sus fortalezas y nunca incidiendo en sus flaquezas. El error es una oportunidad de oro para aprender; sin embargo, no conviene centrarnos en él más tiempo del conveniente. Otras de las características esenciales del buen profesor reside en la paciencia. Aquel instructor que se comporte de forma agitada, inquisitiva o inapropiada con su alumno entorpecerá el proceso ascedente de aprendizaje al crear un bloqueo emocional en este último.

Un profesor debe ante todo ser un "guía" amigable y respetuoso que impulse a sus alumnos a proseguir en la consecución de sus objetivos a pesar de los baches en el camino.

Jess Kuicast, English gradute student

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