“EL GOBIERNO DE SÍ Y DE LOS OTROS” DE MICHEL FOUCAULT

En el libro “El gobierno de sí y de los otros” de Michel Foucault, se recopilan las veintiséis horas de cátedra impartidas en el Collage de France del 1982 al 1983.

Las clases giran en torno al concepto de la parrhesía, el decir veraz, y tracta de mostrarnos como, a través de este decir veraz, podemos alcanzar el gobierno de sí y de los otros.

Las dos horas del día 5 de enero de 1983, las utilizó para introducir el tema de la parrhesía con la ayuda del Aufklärung de Kant. En él hace referencia a la salida del hombre de su minoría de edad en el momento en el que tiene coraje para valerse de él mismo. Esto se debe a que, según Foucault, en la minoría de edad se constituye por dos pares indebidos, la obediencia y la ausencia de razonamiento y el uso de la razón pública y privada. Así pues, habrá mayoría de edad

“cuando la obediencia bien separada del uso de la razón valga total y absolutamente y sin ninguna condición en el uso privado y cuando, por otro lado, el uso de la razón se haga en la dimensión de lo universal, es decir, en la apertura a un público con respecto al cual no haya ninguna obligación, ninguna relación de obediencia y autoridad” (p. 41).

En las clases del 12 de enero de 1983 al 26 de enero de 1983, Foucault se apoya en los mitos de Edipo, Ión y Tucídides para mostrar los orígenes del uso de la parrhesía durante la Grecia Antigua. Por lo que dibuja una relación entre democracia y parrhesía en la que todos pueden hacer uso de la palabra -isegoría-, mas, como pasa con Ión, eso solo pasa si formas parte de la ciudanía, si eres un sujeto político en Atenas.

Aun así, aunque todos los ciudadanos pueden hacer uso de la palabra, no todos pueden ser parresiásticos. La parrhesía, como se explica durante las dos horas de clase del día 2 de febrero de 1983, tiene que cumplir cuatro condiciones: la condición formal -la democracia-, la condición de verdad -el decir veraz-, la condición moral -la isegoría- y la condición de hecho -el juego del ascendente-, que también debe cumplir cuatro condiciones: ver la verdad, ser capaz de conducirla, estar consagrado al interés general y ser seguro, íntegro e inmune a la corrupción.

Estas condiciones dan lugar a una paradoja: “no hay democracia sin discurso verdadero, porque sin éste aquélla perecería; pero la muerte del discurso verdadero, la posibilidad de la muerte del discurso verdadero, la posibilidad de reducción al silencio del discurso verdadero está inscrita en la democracia” (p. 164).

Es por ello por lo que del día 9 de febrero al 23 de febrero, explica como, durante el siglo IV a.C., la gente que escribía sobre la situación del momento -Platón, Jenofonte o Isócrates-, planteaba la posibilidad de instaurar la parrhesía en diferenes regímenes, ya sean democráticos, oligárquicos o autocráticos, ya que tanto los soberanos como el pueblo necesitaban ese decir veraz.

Platón plantea la relación de la filosofía y la política en tanto que “la filosofía no tiene que decir al poder qué hacer, sino existir como decir veraz en cierta relación con la acción política” (p. 250). Esto es gracias a que la filosofía está compuesta por dos círculos. El primer círculo es el logos y hace referencia a los modos de conocimiento y a la synousía -cohabitación-, y el segundo al ergon, la manera que tiene la filosofía de no ser más que logos, de que lo real de ésta sea la relación de sí consigo y a su vez la articulación del problema del gobierno de sí y el gobierno de los otros.

La relación pues entre el decir veraz y la práctica política se abrió lugar en dos lugares: en el ágora como enfrentamiento, irrisión o crítica respecto a la acción del príncipe y de la política - propia de Diógenes el Cínico- o en el alma del príncipe. Para Platón en el alma del príncipe se debe hallar esa coincidencia entre la acción política y la filosofía y, es por ello por lo que Foucault, respecto a la teoría del filósofo-rey, dice que “no es una cuestión de coincidencia entre un saber filosófico y una racionalidad política, es una cuestión de identidad entre el modo de ser del sujeto de la filosofía y el modo de ser del sujeto que practica la política” (p. 257). El filósofo-rey es aquel que sabe tener una relación consigo mismo, que sabe articular el gobierno de sí y de los otros.

Por último, las dos horas del 2 y el 9 de marzo, acabó hablando sobre las diferencias entre la retórica y la parrhesía con la ayuda de la Apología de Sócrates y el Gorgias. El discurso parresiástico de Sócrates se caracteriza por hacer uso de un lenguaje de fe, fidelidad y crédito, común y corriente y tal como surge. Mediante este discurso establece una relación con el sujeto gracias a la cual puede conducir su alma, pero como el parresiasta corre peligro en la democracia si intenta conducir su alma mediante la acción directa, hace el trabajo de asesor. La retórica, en cambio, es una simple relación con el individuo al cual uno se dirige con la ayuda de reglas y técnicas para seducir y adular al oyente. Es por eso que, en el Gorgias, dicen que la retórica no es nada puesto que no es capaz de alcanzar ningún bien, y, la cura de sí mismo, se basa en hablar bien de sí mismo para alcanzar la salvación -idea cristiana- o para castigarse, expulsar el mal para que pueda haber bien, transformar lo injusto en justo. La retórica es pues “el uso del lenguaje que permite imponerse sobre los otros y reunirlo, por medio de la persuasión, en la unidad de ese mando, bajo la forma de esa superioridad afirmada” (p. 326) y, en cambio, la parrhesía no conduce a una retórica, sino a una erótica ya que, como dice Foucault: “esta parrhesía ahora va a ligar uno a otro al maestro y al discípulo. Y, al ligarlos uno a otro, va a asociar a ambos a una unidad misma del Ser” (p. 326).

Con la ayuda de un exhaustivo estudio de los textos de la época en los que se ve reflejada de manera explícita el uso del decir veraz, Foucault explica y facilita la comprensión de la idea. Además, su relación con la ilustración y, de manera más breve, con el cristianismo, deja al descubierto la herencia política que nos dejaron los griegos y su enorme complejidad.

Utiliza nuestro Buscador Inteligente
© 2007 - 2024 Tus clases particulares Mapa web: Profesores particulares| Academias y centros