Mantenerse en calma, en un mundo convulso, y enfocado a la imagen idealizada

Mantenerse en calma

El día a día, con sus demandas sociales, y las nuestras, nos generan más estrés del que podemos sostener de una manera saludable. Si añadimos las carencias personales, nuestras exigencias, perfeccionismos, la ignorancia... nos llevan a un estado de estrés permanente, y habitualmente muy nocivo. De ahí la importancia de las clases de mindfulness.

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A mi entender, y según mi experiencia, el dejar ir, es sin duda, un paso imprescindible para poder tener o ampliar nuestra paz mental, y mejorar considerablemente nuestra calidad de vida. Para ello, es preciso la aceptación de la experiencia presente, para poder soltar todo lo que no necesitamos.

Estar presentes mediante respiraciones abdominales, inhalando por la nariz y exhalando por la boca, con un ritmo más lento, suave y profundo, nos permiten soltar el exceso de pensamientos, juicios, emociones disparadas, estrés... Y nutrir más nuestra presencia. Las sensaciones corporales, siempre nos anclaran al momento presente, y así no nos iremos tras pensamientos del pasado (generando estados depresivos) o del futuro ( generando estados imaginarios y ansiosos).

La intención de estar presentes, y amablemente dejar ir los pensamientos, junto con nutrir una mente abierta, curiosa y sin juicios (como la de los niños/as), nos va a permitir, día a día, estar más serenas, en calma y con más presencia. Esto nos liberará del exceso de pensamientos, rumiaciones y del piloto automático.

La rumiación es ese estado donde un pensamiento, o varios, se repiten una y otra vez, aportando más angustia, estrés y sufrimiento a nuestra vida.

El piloto automático es ese estado el cual estamos "empanadas" y sin apenas consciencia del momento presente. Un ejemplo es, ir a la cocina y preguntarnos que veníamos a buscar, y no encontrar respuesta, porque estábamos con nuestros pensamientos.

Cómo nos ayuda el mindfulness

Es común tener rumiación, piloto automático y exceso de pensamientos, el Mindfulness no te va a liberar de esto. Así mismo, te aportará más presencia y consciencia para aceptarlos, y seguidamente, poder soltarlos antes, sin aferrarnos a ellos, y sin que se enquisten en nosotras.

Para mí, no es algo nuevo el Mindfulness, ya que desde siempre tenemos esta atención plena, sea jugando de niñas/os, cortando alimentos, haciendo algo minucioso... Lo novedoso son las dinámicas, ejercicios y meditaciones, que nos aportan una filosofía de vida muy saludable, beneficiosa y amable.

En el Mindfulness se entiende que el dolor primario es inevitable, y lo experimentamos porque es parte de la naturaleza humana, como enfermedades, lesiones, el duelo... este comprende un 15% de nuestro sufrimiento. El dolo secundario es evitable, y representa el 85% de nuestro sufrimiento, es la falta de aceptación de la realidad del dolor primario, junto a la ignorancia, como por ejemplo, de la impermanencia. Por ejemplo, tras la muerte de un ser querido, aferrarnos al pensamiento que nuestra vida carece de sentido, o que nadie más nos querrá tanto... generando así un duelo patológico que nos conduce a un dolor secundario demoledor.

La impermanencia es lo único que permanece siempre, si nos aferramos a nuestro "yo", a la juventud, a nuestra pareja o familia, a nuestro mundo material... sin duda, sufriremos más de la cuenta. Tanto para situaciones agradables, como desagradables, tener la impermanencia presente, nos ayuda a valorar más lo agradable ( o "bueno") de la vida, y a relativizar lo desagradable (o "malo".)

Elementos esenciales en el mindfulness

Para concluir este artículo, quiero compartir dos elementos esenciales. Uno es la ecuanimidad, actitud equilibrada delante los desafíos de la vida, estando libres de aversión, de egocentrismo y de ignorancia. Nos iguala a todos los seres, cada uno con sus propias características, y con un deseo común, ser felices y no sufrir.

El otro elemento o actitud, es el agradecimiento, para mí, un poder que todas las personas poseemos. Genera una dicha en las demás personas, y en nosotras mismas inigualable. Y podemos agradecer tantísimas cosas en esta vida, tantas, que se nos escapan. A más a más, es un antídoto perfecto para la queja.

Nos aporta una apertura emocional, un mejor reconocimiento personal, humildad y gratitud sin esperar recompensa.

Estar más presentes, es estar menos en nuestros pensamientos, que nos conducen al futuro desastroso o a un pasado idealizado. Es estar más abiertas a recibir la vida en su totalidad, a mostrar más nuestra vulnerabilidad sin miedos, a ser y estar más en nuestra esencia, y menos en nuestras películas.

Espero que os aporte algo este artículo, y si queréis comentar cualquier cosa, será un placer leeros.

¡Que seamos felices!

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