El optimismo innato de los niños ¿Cómo mantenerlo vivo?

En el mes de enero de 2014 seguí un curso sobre La Educación en La Primera Infancia ofrecido por Open Universities Australia, y, aunque ya sabía bastante sobre el tema, decidí darle la posibilidad de sorprenderme y enseñarme algo nuevo.

Y es exactamente lo que pasó! Así que… aquí estoy para contar lo que he aprendido sobre El OPTIMISMO de los niños!

Según el fundador de la Psicología positiva, Martin Seligman, los niños son naturalmente optimistas. Nacen con un fuerte sentido de la esperanza y cierta inmunidad a sentirse desamparados. Los adjetivos que definen el optimismo son: Personal, Generalizado y Permanente.

Los niños optimistas se encaran a los eventos de una forma muy directa y desde un punto de vista muy personal. Pueden afirmar cosas como: “Soy muy listo” o “Soy muy fuerte”. Y luego aplican esos conceptos a todo lo que hacen. En consecuencia pueden llegar a la conclusión de que son muy buenos en todo (generalización) y que van a ser así para siempre (permanencia).

En mi experiencia personal he oído cosas como ‘ Sé mucho inglés!’ ‘Yo también’ (con caras muy serias además) ‘Yo soy muy listo!’ o ‘Soy muy fuerte!’ Y estos niños tienen 4 años. Además es cierto que hacen las cosas teniendo siempre presentes esas características que se han otorgado. Pero también es cierto lo contrario: niños de 4 años que dicen de no saber cortar, por ejemplo, a veces se quedan mirando las tijeras sin ni siquiera intentarlo.

Entonces ¿qué es lo que los adultos podemos hacer para mantener este poderoso aspecto de su personalidad o para corregir sus eventuales errores de evaluación sobre sus capacidades?

La manera de hablarles tendrá una influencia positiva o negativa según como lo hagamos. Por ejemplo, nuestra hija (o estudiante) mientras está jugando con su amiga se enfada y rompe un juguete. En vez de decirle enfadados ‘¡Muy mal! ¡Eso no se hace! o ¡Eres…’ Podríamos usar una estrategia más positiva: ‘¿Qué ha pasado? Pero si tú siempre eres muy gentil con tus amigos’ etc. De esta forma evitamos un estilo comunicativo negativo que llevaría la niña hacia el pesimismo.

Pero ¡ojo! porque tampoco queremos alabar de forma indiscriminada y superficial, ya que eso podría ser muy contraproducente. Este es un artículo sobre niños muy listos, a los que siempre se les ha dicho ‘Eres muy listo!’, y que al final al enfrentarse a tareas más complicadas en el colegio se daban por vencidos antes de empezar.

¿Por qué? Porque han crecido con la idea que al ser listo iban a poder hacer cualquier cosa sin ningún esfuerzo. Y sus padres no les enseñaron que un poco de trabajo aplicado a sus mentes brillantes les habría llevado al éxito en cualquier campo.

‘Eres listo’ tendría que ser una frase que se refiere al potencial de los niños, no a una calidad fija. Algo que permita a los niños sentirse bien por el trabajo que han hecho para llegar a lograr unos resultados desafiantes.

En fin, según como comunicamos con nuestros niños, tenemos el poder de influenciar su manera de interpretar los eventos y de relacionarse con ellos mismos, así que mejor usar nuestro poder para que sigan manteniendo ese natural OPTIMISMO que llevan dentro!

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