Hace ya varios años llegué a una casa a dar clases de inglés. Era para tres hermanas, la mayor en 3.º ESO, la mediana en 1.º ESO y la pequeña en 3.º de Primaria. Para mi suerte, las tres muy simpáticas, educadas y con ganas de aprender. Pero, como ocurre muchas veces, sobre todo las mayores, con un poco de aversión a la asignatura.
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Para entonces ya había dado algunas clases sueltas. Pero esta vez fue la primera vez que vi, de manera evidente, cómo incluso en hermanas la manera de aprender era totalmente diferente. Lo que hacía que la mayor hiciese “click” no funcionaba con la de dos años menos. Y lo que motivaba a la pequeña, no pareciese que hubiese funcionado con las mayores, aun en el caso imaginario que ser más cercanas en edad. A medida que pasaba el tiempo, y lo iba viendo en otros alumnos, descubrí tres puntos esenciales e importantes alrededor de esto.
1) Motivación: ¿Cuál es la motivación real?
Claro, aquí me refiero a cualquier alumno e incluso a mí misma a medida que he avanzado en mis estudios. A esto se refiere que la motivación, el empuje, la ilusión de cada alumno puede variar. E incluso con el alumno más desmotivado en el fondo siempre hay algo que les puede encender esas ganas de estudiar y aprender.
Como profesora me di cuenta de la importancia de descubrir y resaltar la motivación de cada alumno y “utilizarla” en clase. Por ejemplo, hay alumnos que lo que realmente quieren es mejorar sus notas. Así, que me enfoco en preparar bien los exámenes, dar muchos trucos para que vayan confiados, motivarles, darles deberes para que repasen por su cuenta y luego, una vez llegadas las notas, por muy pequeña que sea la mejora hacer una fiesta. Resaltar la subida no solo en notas de exámenes o al final de la evaluación, sino buscar pequeñas victorias en los resultados tangibles como ejercicios que han entregado, deberes que han hecho solos o contigo en clase, número de palabras nuevas que saben, etc.
Por otro lado, he tenido alumnos que, aun contentos con subir notas, lo que realmente querían era aprender inglés en el sentido más puro de la palabra. Sentir que se desenvolvían mejor, que su speaking mejora, que son capaces de hablar con la estudiante de intercambio de su clase, entender videos en inglés, etc. Para estos alumnos resalto con más frecuencia e intensidad cómo va mejorando su inglés con ejemplos muy concretos; realmente “¡Que bien! Juanito, fíjate que el otro día me dijiste que este tense no lo entendías mucho y tras estudiarlo juntos, mira cómo hoy lo has hecho fenomenal, no he tenido que ayudarte nada en este ejercicio.” O me alegro mucho cuando me cuentan sus avances al entender cosas nuevas y monto una mini-fiesta. Otros tipos de motivación que me he encontrado es mejorar el speaking o mejorar su vocabulario enfocado al trabajo.
En resumen, encontrar la motivación, a veces escondida, sacarla, ponerla de relieve y emplearla para ayudar al alumno a mejorar.
Hay un elemento fundamental además y es que, tal como dice la propia palabra motivación motiva-acción se genera un ciclo virtuoso. El alumno ve que sus objetivos se van cumpliendo lo que le impulsa a seguir trabajando y sobre todo (y lo más importante) a disfrutar mucho más del proceso.
2) Manera de aprender: ¿Cómo entiende? ¿Cuáles son los obstáculos que tiene para esta asignatura? ¿Qué le sirve para aprender?
Esto, creo que se explica solo. Hay alumnos que aprender con ejemplos reales, de cosas que les son familiares. Recuerdo muy claramente como un día a la pequeña no sabía el significado de una palabra y le canté una canción en inglés muy conocida entonces que la contenía e inmediatamente la reconoció y le brillaron los ojos porque ahora sí entendía el significado del estribillo de la canción. Me di cuenta de que eso le hacía ilusión, la motivaba y la ayudaba a aprender. Así que en adelante usamos mucho las letras de canciones para aprender palabras nuevas.
Otras veces, los alumnos aprender por repetición, así que les doy ejercicios extra. Otras veces, solo es un tema de que le expliquen la gramática con un poco de gracia. Otros, les ayuda hacer sus propios esquemas conmigo y un largo etcétera.
Por lo contrario, también es bueno identificar (obvio, sin mencionarlo directamente) las dificultades u obstáculos. Algunos ejemplos: si un alumno se distrae mucho, que escriba más, si se aburre con frecuencia, identificar en qué momentos o qué si le motiva, si no entiende algo que le has explicado, buscar videos que lo expliquen de otra manera, si se pone nervioso en el examen, dar truquitos y mucha motivación.
Esto está muy conectado al punto 1, ya que, si un alumno aprende, probablemente alcance sus objetivos de manera más eficaz y alegre.
En resumen, identificar que ayuda a un alumno a aprender y qué le dificulta su proceso. Te resultaría increíble ver cómo estas tres hermanas no tenían nada que ver en ninguna de las tres y fue cuestión de adaptarme a cada una.
3) Disfrute: ¿Qué le llena? ¿Qué hace que le apetezca esta clase?
Suele estar relacionada con las anteriores, pero no siempre. Puede que un alumno aprenda haciendo muchos ejercicios y aplicando la teoría (a veces el problema es que no están entendiendo la teoría de base) pero no necesariamente disfruta con eso. Pero, le encanta hablar en inglés y aprender vocabulario nuevo. Así que intento balancear áreas que naturalmente se le dan mejor y le apetecen para luego aplicar su “manera de aprender” o cualquier contenido que sea necesario que sea, quizá más aburrido. A veces lo contrario ocurre, alumnos que tienen pánico a hablarme en inglés, pero luego son felices haciendo ejercicios de listening tranquilamente. Así que, de nuevo, incluyo elementos que hace que las clases sean más amenas para ellos sin que dejen de estar aprendiendo y avanzando.
De esta manera, creo que la motivación, el modo de aprendizaje y el disfrute son los elementos, las piezas del puzzle que me gusta identificar y fomentar en mis clases para que ellos estén contentos, aprendan y tengan ilusión por continuar.
Y sí, estuve más de 4 años con estas hermanas. Con clases muy amenas en las que las tres aprendieron mucho, subieron sus notas y vi como el inglés y aprender inglés paso a ser algo que les hacía ilusión. Y a mí me enseñaron mucho como profe y yo también disfruté cada vez más de darles clase y me pregunté por mi propia manera de aprender y mi motivación para ello.