Está demostrado que hacer ejercicio de manera controlada durante el embarazo ayuda a prepararte para el gran día y para recuperar antes la forma física durante el post-parto
Uno de los primeros estudios realizados en España sobre los efectos del ejercicio durante el embarazo -considerado por sus investigadores como uno de los más completos que se ha llevado a cabo a nivel mundial-, demostró que el entrenamiento de alta intensidad era beneficioso tanto para la madre como para el feto. Este entrenamiento incluía ejercicios de musculación con pesas, natación y atletismo.
Existen sesiones de método Pilates adaptadas para mujeres embarazadas, de hecho es una de las técnicas más recomendadas junto con el yoga. Se trata de un entrenamiento recomendado a partir del segundo trimestre de gestación y hasta un mes antes de la llegada del parto. Entre sus beneficios podemos destacar que fortalece la pared abdominal, el suelo pélvico y los músculos en general, disminuye la tensión muscular, reduce la ansiedad, mejora la respiración y la movilidad de las articulaciones entre otros.
Para aquellas personas que están acostumbradas a correr, es recomendable sustituir este entrenamiento por otro cardiovascular sin impacto, como podría ser la elíptica o la bicicleta estática. Como tu vientre va en aumento, podría afectar tu equilibrio mientras estás corriendo o hacer una excursión en bici por la montaña es un poco arriesgado en caso de caída.
La diástasis es una patología postembarazo que tiene que ser entrenada, curada de manera más que eficiente para que la mujer no tenga problemas mayores en el futuro.
