La técnica de giro en la Salsa y la Bachata

Los giros en salsa o bachata normalmente, son un momento inestable para el alumno por varios motivos:

1.- Desconocimiento de lo que hacen nuestros pies durante el giro.

Habitualmente lo que hacen es, sobrevivir. Asumimos ese momento de descontrol confiando en recuperarlo más adelante cuando este termine.

La realidad es que trampeamos girando sobre un solo pie, y  deseando apoyar el otro.

Salvo excepciones que requieren específicamente de una pirueta, durante el giro se deben de respetar los tres tiempos con sus respectivos cambios de peso. La única diferencia, es que cambian la posición de los pies.

Da igual en qué dirección giremos, nuestra dificultad reside en dejar el peso en el paso “2” del giro. Girar sobre nuestro propio eje, no es un movimiento habitual al caminar por lo que nos produce una sensación de inestabilidad. Lo que hacemos entonces es girar el “1” y el “2” sobre el pie que inicia el giro apoyando el otro rápidamente en el “3”.

Esto más que girar, es un sálvese quien pueda de toda la vida, que si bien es cierto que no nos mata, nos hace perder confianza y nos desestabiliza, pudiendo incluso hacernos perder el  tiempo musical y, por supuesto, arrancar inseguros en el siguiente paso.

2.- Despegarnos del suelo elevándonos hacia arriba durante el giro.

La consecuencia natural de este gesto, es el desequilibrio y la pérdida de apoyo.

Lo que necesitamos, es justo lo opuesto, afianzarnos en el suelo porque vamos a coger mayor velocidad y necesitamos bajar nuestro centro de gravedad para anclarlos al suelo.

Las caderas, rodillas y tobillos deben permanecer ligeramente flexionados y fortalecidos por igual. Para una correcta y natural contracción abdominal manteniendo el cuerpo fortalecido  durante el giro, es indispensable que estas articulaciones no estén totalmente estiradas o hiperextendidas.

Una imagen mental que resulta de gran utilidad a nuestros alumnos es imaginarse un sacacorchos penetrando en la tierra durante el giro.

3.- Girar fuera de nuestro eje.

¿Qué ocurre si intentamos girar una peonza con su eje inclinado respecto al suelo? Pues en el mejor de los casos, que girará poco tiempo y en el peor que se caerá.

Cuando intentamos hacer girar una peonza con la mano, bien por experiencia o bien por intuición, la colocamos con el eje lo más vertical posible al suelo porque, efectivamente, gira mejor, con más equilibrio y durante más tiempo.

Muchos de los giros en el baile son en el sitio y otros incluyen desplazamiento, pero en todos los casos, hay que tener en cuenta esta regla de girar sobre nuestro propio eje.

También en esto entran otros factores como la colocación de la mano del hombre o desde donde  ejerce la fuerza de giro, la utilización del fondo pélvico o la rotación externa de rodilla,  pero ese es otro capítulo que abordaremos en otro post.

Conclusión, el giro lo que precisa es de más control y conciencia corporal por lo que en cualquier baile que enseñamos, y en todas nuestras clases,  tiene una atención especial.

Nuestro interés es que nuestros alumnos dejen de temer a las vueltas o desear que estas terminen, sino por el contrario que las disfruten y deseen tanto o más que un paso básico.

Vanesa Saavedra

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