¿Tienes problemas con la comprensión lectora? Estas pautas te pueden ayudar a mejorarla.

Revisa el texto que vas a leer. Mira la carátula, la contracarátula, los dibujos que hay dentro, los cuadros, etc. y con esa información intenta predecir de qué puede tratarse el texto.
Lee el texto con una velocidad lenta: cuando encuentres problemas con una velocidad moderada, cuando vuelvas a leer porque no has comprendido, cuando sabes pocas cosas acerca del contenido del texto o cuando el texto es muy complejo.
Lee con una velocidad moderada: cuando encuentres problemas leyendo muy rápido, el tema te resulta familiar y el texto no es complejo.
Lee con una velocidad rápida: cuando el texto es muy sencillo, conoces mucho sobre el tema o cuando buscas una información concreta.
Vuelve hacia atrás en el texto, cuando te hayas despistado mientras leías, no comprendas lo que lees o cuando necesitas aclarar o recordar algún dato sobre lo que estás leyendo.
Relee el texto. Hazlo cuantas veces necesites hacerlo para comprenderlo.
Si no sabes el significado de una palabra intenta predecirlo leyendo la oración o párrafo que la contiene. Luego, si hace falta, usa el diccionario para verificar el significado de dicha palabra.
Adelantarse en el texto. Es importante que hagas predicciones acerca del texto que estás leyendo para poder comprenderlo con mayor facilidad. Esta estrategia se aplica más para los textos expositivos que para los narrativos.
Continúa leyendo. Si aparece un problema de comprensión puedes continuar leyendo el texto si esa dificultad se ha solucionado o si se espera que más adelante con la nueva información se solucione. También puedes continuar leyendo si el problema de comprensión que aparece lo consideras poco relevante y que no afectará a la compresión de las ideas fundamentales del texto. Finalmente puedes continuar leyendo para hacerte una idea del contenido del texto y luego volver a leerlo aplicando otras estrategias de comprensión.