En la etapa de educación secundaria el alumnado se encuentra con la tarea de tener que tomar decisiones sobre su currículum, elegir asignaturas e itinerarios formativos según sus intereses actuales y futuros. En la segunda parte de la educación obligatoria, se eleva la optatividad y es muy importante elegir de forma adecuada los itinerarios a seguir. Pero para poder llevar a cabo esta tarea de forma eficiente y eficaz, tiene que existir cierta madurez vocacional que favorezca esta toma de decisiones.
¿Qué es la madurez vocacional?
Se trata de la capacidad de decidir en lo referente al rol que desea tener en la sociedad a través de una determinada profesión. En el currículum de la educación secundaria se intentan desarrollar todas las facetas de la persona y una de ellas es la capacidad de tomar decisiones para la vida, sobre todo aquellas que afectan a su futuro.
La etapa de la adolescencia, en la que hay que ejercer esta madurez vocacional, es una etapa difícil por los cambios que se producen en la persona a nivel biológico, psicológico y social.
La madurez vocacional está condicionada por estas variables:
- Biosociales: edad y el sexo.
- Cognitivas: la inteligencia, complejidad cognitiva, capacidad de toma de decisiones,..
- Motivaciones: preferencias vocacionales, nivel de aspiraciones, expectativas...
- Personalidad: autoconcepto, locus de control, desarrollo personal...
- Académicas: rendimiento académico.
- Ambientales: entorno familiar, estimulación cultural, nivel educativos de los progenitores, entorno...
En los centros educativos se ponen en marcha programas de intervención para el desarrollo vocacional y aunque existen diversos programas, la mayoría, en general, se basan en los siguientes objetivos:
- Aumento del autoconocimiento.
- Mejora de la información ocupacional.
- Fomentar la madurez vocacional en la toma de decisiones.
Con el trabajo en estos programas específicos, se busca que las decisiones que tomen los adolescentes sean maduras y acordes con sus intereses y capacidades.
