Ángel Raúl Belló Díaz

Dependiendo de si son presenciales o a través de internet aplicaremos una metodología u otra, aunque muy similares puesto que vamos a aprender lo mismo.

En persona siempre es más fácil corregir una postura en yoga, dar una indicación, incluso ayudar a profundizar en el estiramiento ya que el tamaño de los músculos cercanos pueden frenar el llegar más lejos en cuanto al estiramiento (esto en danza se aplica mucho).

Como profesor de yoga he dividido las clases en 45 minutos llenos de asanas y 15 minutos dedicados a meditar (todo flexible, se puede alargar más de un sitio y acortar de otro, incluso pasar de 1 hora, todo es negociable).

En cuanto al tema de clases de sólo meditación, en una hora podemos fluir de mil maneras, hablando un poco antes sobre temas que nos inquieten para poder tratarlos previamente, hablar sobre asuntos que inspiren el alma para profundizar en nuestro interior, y luego ponernos manos a la obra y practicar el arte de la meditación estática. ''La quietud es el altar del Espíritu, cuando el movimiento cesa el Espíritu se manifiesta'' y ''Cuando la mente se aquieta, te hallas en el reino del Infinito'', ambas frases de Paramahansa Yogananda que representan a la perfección lo que significa cesar el movimiento en el cuerpo y aquietar la mente después. Cual lago agitado que de repente se calma y refleja el bello paisaje que le rodea, nuestra mente va y viene entre pensamientos que ni elegimos, que van en automático, y cuando esta tormenta de pensamientos se aquieta como el lago, refleja lo que hay detrás, y es sublime. Nunca antes habrás sentido, visto, escuchado algo similar, no si no te has adentrado en el ejercicio de calmar tu mente.