Excelente ser humano. Profesional comprometida en el aprendizaje y el cuidado del cuerpo del alumno. En síntesis, una luz en la vida y una huella marcada siempre en sus aprendices.
Exelente calidad humana. Dirige con una precisión científica la práctica de yoga a la vez genera una atmósfera espiritual y conexión con el presente, realizando un trabajo integral y alcanzando al final de la práctica una relajación única.
Las clases de Milly (Miriam), son cautivadoras. Te guía con suavidad y te transmite seguridad y confianza. Eso permite la relajación de los tejidos para poder avanzar en las posturas. Hay un antes y un después en cada una de sus clases. Al acabar sientes cuerpo y mente al unísono en una gran calma interna.
Disfrutar de sus clases es un lujo. Una caricia para el alma.
Hace 15 años que comencé el bello camino del yoga de la mano amorosa y dedicada de Miriam. No tengo más que agradecer su calidad de profesional y persona. Sus clases son un oasis de paz y armonía en medio de tanto ruido cotidiano. No tengo más que agradecer el haberla encontrado. Namasté