3 valores a potenciar cuando se retoman los estudios (Volver a las aulas: Parte II)

En esta segunda parte sobre la vuelta a las aulas de quienes optaron en algún momento por dejar de estudiar nos centramos propiamente en el momento en que se retoma la vida de estudiante. Junto con los trámites a realizar y los materiales a comprar, para empezar con buen pie también hay una parte de preparación más psicológica. No hay que dejar los preparativos para los últimos días antes de comenzar las clases ni conviene ir dejando para más adelante cosas que nos vayan indicando en los primeros días del curso.

Si mantenemos 3 importantes valores presentes, todo será mucho más fácil para lograr el éxito. Os damos a continuación unas cuantas ideas para trabajar vuestra confianza, buenos hábitos y equilibrio.
1.Confianza
Además de las dudas asociadas propiamente a la decisión de volver a estudiar, nos puede asustar el sentir que no estaremos a la altura de las expectativas o quizás nos preocupe el hecho de no congeniar con los compañeros de clase.
Piensa que, con la crisis económica, son muchos los tipos de personas que han optado por volver a las aulas, por lo que es probable que encuentres estudiantes de perfiles muy diversos. Si aún así tienes dudas, piensa en todo lo que puedes ganar mejorando tu formación: sabes lo que quieres y que lo que haces es positivo y loable.
Planifica alguna visita a tu nuevo centro de estudios si es posible o busca opiniones sobre las clases, profesores, instalaciones, facilidades y oportunidades (tanto si es un entorno físico como virtual). Tener un poco más de información procedente de fuentes diversas y más informales te dará algo más de seguridad. Así, cuando tengas que buscar o utilizar recursos, tampoco irás perdido.
2.Buenos hábitos
¿Recuerdas qué tipo de estudiante eras de niño o de joven? Reflexiona e intenta no repetir malos hábitos del pasado. Al principio, bien equipado con todo tipo de buenos propósitos, será fácil. Servirá de poco, no obstante, hacer las cosas bien durante unas semanas o un mes para luego dejarnos llevar por costumbres negativas y acabar agobiados, fracasando y sintiendo una gran frustración. Hay que mantener alejados la pereza, la desgana, el desorden, la procrastinación, el pesimismo, etc.
Siendo realistas, no podemos cambiar toda nuestra manera de estudiar de golpe si tenemos una determinada manera de ser. Es preferible ir incluyendo pequeños cambios en nuestro día a día para ir mejorando de forma gradual. Unos ejemplos pueden ser los siguientes:

  • Haz una lectura rápida de los temas tratados en clase antes de la siguiente lección (en casa, en el tren, esperando al bus, mientras los hijos hacen los deberes, etc…) para ir teniendo los contenidos frescos.
  • Busca un momento para ir haciendo esquemas o resúmenes de forma periódica (al final de la semana, al final de cada módulo o tema, cada mes, etc.). Ajústalo al ritmo de las clases y a tus horarios. Ir resumiendo poco a poco evitará que se te acumule toda la materia para el periodo de estudio y, además, habrás ido consolidando conceptos e ideas y te será más fácil entender los nuevos contenidos que se vayan presentando.
  • Mentalízate que la vergüenza o el miedo al ridículo no sirven de nada y pueden hacer que arrastres dudas y cometas fallos graves. Preguntar cuesta bien poco y te sentirás más aliviado. Por muy simple que te parezca una pregunta, posiblemente haya más compañeros que la tengan. Al fin y al cabo, es tarea de los profesores solucionar dudas y guiar el aprendizaje de sus alumnos.
  • Conecta con los compañeros en la medida de lo posible desde el principio. Charla, intercambia teléfonos y direcciones para estar conectado. Sentirse parte de un grupo es una manera de estar motivado y puede ayudar también con dudas sobre los temas. Con motivación y sentimientos positivos asociados a las clases es más fácil acudir al aula, esforzarse y quizás emprender nuevos estudios.
  • Procura no perder clases y toma tus propios apuntes: mientras escribes, organizas el contenido y, en cierto modo, lo empiezas a aprender. Cuando toque estudiar, será más comprensible la letra propia que la de otra persona. Cada uno anota de forma diferente lo que escucha y puede resaltar como más importante ideas diferentes.
  • Si te cuesta organizarte o te falta autodisciplina, aun sabiendo bien qué es lo correcto, puede servirte leer sobre técnicas de estudio o ir a algunas clases antes de empezar tu curso. Te podrán dar consejos más personalizados y facilitarte trucos para mantenerte constante y sacarle el máximo provecho a tu estudio. Si tienes problemas resumiendo o preparando buenos esquemas también te podrán ayudar.
3.Equilibrio
Posiblemente cuando estudiabas, de adolescente o de joven, antes de dejar de estudiar, las responsabilidades y ocupaciones que tenías, además de las propias de un estudiante, eran menores que en la actualidad. Planifica bien tus horarios de forma semanal para tener tiempo para todo: trabajo, estudios, familia y amigos, tareas domésticas, descanso y ocio. No descuides tu tiempo de ocio y descanso, pues te ayudará a poder rendir mejor tanto en tu trabajo como en tus recién retomados estudios.
También es importante buscar espacios para ti y tu estudio. Intenta encontrar algún rincón de casa donde puedas dedicarte únicamente a tus clases, sin tener interferencias. Si no te fuera posible, infórmate sobre bibliotecaspúblicas o aulas de estudio disponibles cerca de casa o del centro de estudios. La cuestión es no mezclar esferas si sabemos que nos podemos distraer con facilidad o que nos pueden interrumpir a menudo.
Piensa que, una vez te encuentres de nuevo como estudiante, el tiempo te pasará seguramente muy rápido. Por una parte, los temores iniciales quedarán atrás bien rápido y, por otra parte, tenemos que centrarnos en ir haciendo bien las cosas poco a poco, pensando en el corto plazo.
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