Desde pequeños, para muchos, las matemáticas se convierten en la asignatura más dura en la escuela. A menudo, para ir superando los diferentes cursos, es preciso recurrir a clases de apoyo escolar, con el fin de sacar adelante los exámenes.
En general, las matemáticas tienen fama de aburridas y difíciles. ¿Es realmente así o bien algo falla en la manera de transmitir su valor y de enseñarlas?
La importancia de las matemáticas
¿Qué elementos perjudican a las matemáticas?
Seguir el mismo método didáctico que en otras asignaturas, es un error, dado que las habilidades que se requiere enseñar y emplear, son diferentes. ¿Es útil centrarse mucho en la teoría y en que los alumnos aprendan conceptos como si fueran hechos históricos?
Por otra parte, hay que adecuarse al nivel de los alumnos para poder potenciar el pensamiento abstracto. Muchas veces, lo único que hay que hacer para hacer comprender las matemáticas, es intentar cambiar la mentalidad del alumno.
El aprendizaje de esta asignatura, es acumulativo y carecer de una buena base puede tener graves consecuencias. Si en las etapas educativas, en las que se empiezan a introducir las matemáticas, los alumnos no comprenden la asignatura, se corre el riesgo de lastrar el aprendizaje de los siguientes cursos. Por esto, antes de llegar a este punto, es importante recurrir a clases particulares de matemáticas.
A la hora de estudiar, hay que adoptar un planteamiento distinto, pues no funciona el memorizar o permanecer mucho tiempo con la teoría. Hace falta practicar, de modo que se acaben comprendiendo procesos y conceptos, que se razone en términos matemáticos. Aun así, no te preocupes, porque con paciencia y tenacidad, se acaba entendiendo la materia. Simplemente, debes tener claro que no es lo mismo leer y recordar unos hechos históricos (con sus causas y consecuencias), que el desarrollo de un teorema, la aplicación y de principios matemáticas, etc.
Clases particulares de matemáticas
Del mismo modo, habría que adaptar temarios como la aritmética, álgebra, cálculo y geometría, a los diferentes niveles. No hay que desestimar el optar por unas clases de refuerzo para que el alumno se ponga al día y pueda seguir las lecciones sin problemas. Si comienza a sentirse desmotivado, tiene falta de comprensión y/o malos resultados, lo mejor será ponerse con las clases particulares lo antes de posible.
Por otra parte, en culturas en que no se valora el esfuerzo, es difícil inculcar el valor de la perseverancia. Cada vez más se buscan resultados y recompensas inmediatos y esto tampoco es compatible con la comprensión de las matemáticas.
El rechazo y la aversión de muchos alumnos a las matemáticas, también tiene causas de naturaleza emocional y cognitiva, como apuntan en un artículo Hidalgo, Maroto y Palacios (2004). Hay alumnos que desarrollan un autoconcepto matemático negativo (considerar que no se tienen capacidades) y atribuyen su éxito o fracaso a no disponer de capacidades, en lugar de al esfuerzo y dedicación.
Aquí os dejo una reflexión final: ¿Se trabaja realmente para evitar concepciones fatalistas sobre las matemáticas? Y recuerda, si tu hijo, hija o tú mismo sientes que estás teniendo problemas para aprender una asignatura, no lo dudes más y recurre a un profesor particular de matemáticas.