Trucos para afrontar una tarde calurosa estudiando

¡Qué pereza da hacer cualquier cosa cuando hace calor! Cualquier cosa que no sea no hacer nada. Pues sí, cuando el calor aparece, se entiende perfectamente por qué no hay clases en verano, pero a pesar de esa consideración, aún hay que afrontar varios días de clase en los que las temperaturas empiezan a ser altas: ¡Y en plena época de exámenes finales!

Por las mañanas aún hay clase, en ellas básicamente se repasan contenidos del curso y se hacen exámenes. Así que, el momento libre para estudiar es al terminar la jornada escolar, durante la tarde: ¡Con todo el calor!

El calor es el peor enemigo de la concentración, así que seguro que estos trucos y sugerencias para afrontar una tarde calurosa estudiando te vienen de maravilla ahora mismo.

Estos son los trucos que os ayudarán a superar el reto de estudiar cuando hace calor

Un horario de verano

No nos referimos a cambiar la hora para aprovechar la luz, sino que hablamos de una adaptación de los horarios de estudio para aprovechar mejor el tiempo.

En invierno era fácil concentrarse a primeras horas de la tarde, ahora que llega el buen tiempo pasa todo lo contrario, las últimas horas de la tarde son mejores para estudiar cosas “pesadas” porque son más cierta. Así que una revisión de los horarios se hace casi obligatoria para aprovechar mejor el tiempo.

Es cierto que a falta de tan poco tiempo cambiar el horario de estudio puede parecer algo complicado ahora. Sin embargo, se tarda poco en hacer y los resultados se agradecen al afrontar una tarde calurosa estudiando.

La alimentación más fresca

No vamos a decirte qué comer y qué evitar, nadie mejor que tú sabe qué alimentos te ayudan a sentirte con fuerzas para estudiar, pero sí que te recomendamos que evites las digestiones pesadas, principalmente, porque favorecen el sueño, y más en tardes calurosas.

El agua, siempre a tu lado

El agua es esencial para el cerebro, pero también para evitar la deshidratación que favorece la falta de concentración. O sea, que cada vez que te sientes a estudiar recuerda tener una botella de agua fresca cerca y beber pequeños sorbos con frecuencia.

Crea un espacio fresco

El tiempo permite que no sea necesario tener todas las puertas y ventanas abiertas para que haya luz natural en el cuarto de estudio. Por ello, procura que el espacio en el que estudias esté bien iluminado, pero también que sea un lugar fresco.

Bajar los estores o cerrar las cortinas ayuda a crear un espacio más agradable de forma natural. Si optas por sistemas de refrigeración, elige aquellos que no hagan ruido y procura evitar que el aire frío te llegue directamente.

¡No mires por la ventana!

El buen tiempo anima a salir de casa. Niños, jóvenes, mayores y ancianos aprovechan el Sol y el calor para pasear, hacer deporte o jugar… ¡Menos tú, que tienes que pasar la tarde encerrado en casa estudiando!

Evita tentaciones colocando la mesa de estudio alejada del lugar te recuerda que todos los demás ya están disfrutando del verano o, por lo menos, mantén la vista alejada de la ventana que te muestra que para el resto del mundo ya es verano. No son infalibles, pero un estor o una cortina ayudan a olvidarse del buen tiempo, al menos, por un rato.

No resistas la tentación

Claro que tampoco es bueno afrontar una tarde calurosa estudiando, pensando en lo bien que se estará en la piscina, en lo divertido que sería una vuelta en bicicleta o un paseo… Pero todo esfuerzo tiene su recompensa, la tuya puede llegar en forma de disfrutar de algo de tiempo para disfrutar del buen tiempo.

¿Cómo? Márcate un objetivo realista de estudio, por ejemplo, estudiar un temario completo hasta las 8, si a esa hora has superado tu meta, el premio será 30 minutos de piscina o de paseo por la ciudad. El único requisito es que el objetivo sea adecuado al tiempo disponible.

Y a quien madruga…

Hasta ahora todos los consejos estaban encaminados a aprovechar las horas de la tarde, pero tampoco hay por qué desaprovechar las primeras horas del día, antes de volver a clase para un repaso general de los temarios.

El tiempo es más fresco y es fácil concentrarse porque el cerebro está descansado. Eso sí, este es un consejo solo apto para aquellos a los que no les cuesta madrugar.

También se pueden dar clases particulares en tardes calurosas

Que haga calor no quiere decir que haya que renunciar a las clases de repaso general para reforzar los contenidos, aunque para compaginarlas con la mejora del aprovechamiento del tiempo para estudiar se puede plantear al profesor un cambio en la hora de las clases.

Por ejemplo, moverlas a última hora de la tarde, así no hay excusas para no estudiar y repasar ya que, cuando el profesor particular llega habrá que plantearle dudas y problemas con los temarios.
¡Mucho ánimo! Con estos consejos afrontar las tardes calurosas de estudio con éxito es mucho más fácil.
¿Cuáles son vuestros mejores trucos para afrontar una tarde calurosa estudiando?


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