De nuevo, volvemos a los niños. Si te das cuenta, los pequeñines pasan mucho tiempo entendiendo antes de emitir sus primeras palabras. Y cuando empiezan a hablar, por lo último que se preocupan es por hablar correctamente. No hay problema. Poco a poco lo van cogiendo. El bebe tiene que estar mucho tiempo recibiendo información y absorbiendo como una esponja. Y solo cuando es muy capaz de entender la mayor parte de lo que se le dice, empieza a hablar. Esto es así porque el cerebro humano está diseñado para entender antes que para expresarse. Es la forma natural de entender. Así de sencillo.
- Entender de qué va la historia.
- Participar en la historia.
Consigue que tus alumnos sigan este sencillo algoritmo y los convertirás en auténticos fuera de serie.
¿Cómo se hace ahora?
Nunca te vas a sentir seguro participando en algo que no entiendes. Piensa en los sistemas tradicionales de inglés. Lo primero que te enseñan es a hablar, a decir cosas. Luego ves una película o escuchas una canción y no entiendes nada. Están obsesionados con hablar, cuando lo más importante de un idioma es entenderlo.
¿Y qué hay de los sistemas de enseñanza de las matemáticas? De pequeño, aprenderse la tabla de multiplicar. Hasta hay canciones para ello. De mayores, aprenderse la tabla de derivadas (aunque sea sin canciones). Esto es así porque los propios profesores ven un desafío demasiado grande el hecho de intentar hacer entender las cosas a 30 jóvenes rebeldes que no ponen de su parte. Es mucho más fácil emplear "truquitos" para que memoricen. El problema de este sistema es que la matemática es una materia que, conforme vas subiendo de nivel se hace más difícil aprobarla sin entenderla. He ahí la razón por la cual la gente se la quita de encima en el momento que el plan de estudios se lo permite. Y eso que, en caso de que la entiendas es la asignatura más fácil y la que menos horas de estudio requiere.
Personalmente no comparto esa forma de trabajar, cosa que no es nada nuevo si has leído mis artículos. El objetivo de un profesor debe ser el de hacer que sus alumnos aprendan, no el de hacer que sus alumnos aprueben. Por supuesto, cualquier profesor te dirá que en su día a día se ven presionados por las fechas para entregar las evaluaciones, porque es su responsabilidad no bajar la media de aprobados del centro, por la cercanía de la selectividad, etc.
Bien, no niego para nada que ellos están en su puesto de trabajo y deben adaptarse al sistema de enseñanza. Pero también he afirmado desde el principio que todos los problemas se originan en que en nuestro país tenemos un sistema de enseñanza con muchas carencias. ¿Quién mejor para cambiar dicho sistema que los profesores que forman parte del mismo y pueden actuar desde dentro?
¿Cómo deberías hacerlo tu?
La carencia principal de nuestro sistema es que no te prepara para los desafíos de la vida cotidiana. Sin embargo, un profesor con años de experiencia ya debe contar con el recuerdo de situaciones en las que algo de lo que le enseñaron le ayudo en cierta ocasión a salir de un apuro.
Averigua los intereses de tus alumnos y llévalos al terreno de la asignatura. En universo para ello es infinito.
- En vez de trabajar con la X y con la Y, dile que la X son los beneficios de su futura empresa.
- ¿Has intentado pedirles su número de teléfono en número romanos?
- Si tienes adolescentes con, pídeles que te cuenten que es lo que más les gusta del chico guapo de la clase, pero que te lo cuenten en inglés. Pondrán más énfasis que traduciendo un texto del libro que habla de gente que no conocen.
- Si se trata de practicar aritmética, ponles a sumar y restar las casillas de una declaración y que practiquen las reglas de tres calculando los porcentajes y los impuestos. Así eliminaras el tópico de que las matemáticas no sirven para nada en la vida real.
Se correrá la voz de que haces milagros. Todos querrán estudiar contigo. Creerán que es magia, pero tú sabrás que es lógica.
Y sobre todo, como docente y gestor de tu negocio de formación, no busques unir lo que hagas ahora. Todas las iniciativas innovadoras que apliques en tus clases tendrán un significado en el futuro. Ahí es cuando se unirán todos los puntos que has ido trabajando en tu día a día.
Los alumnos hablaran de ti a sus amigos. Los padres de tus alumnos hablaran de ti a sus amigos con hijos. Y, reconozcámoslo, un padre siempre se mueve sobre seguro cuando de un hijo se trata. El hecho de que el matrimonio con el que salen a cenar haya confiado en ti para que ayudes a sus hijos pesara más que cualquier publicidad de esas academias que pueden permitirse unos anuncios que tú no puedes. Querrán lo mismo para sus hijos. Te querrán a ti.
