Para muchos estudiantes, repetir curso significa (erróneamente) que no son tan inteligentes como el resto y eso hace que o se presionen demasiado o tiren la toalla antes de tiempo. La pregunta es, ¿por qué ese miedo? ¿Acaso repetir curso es fracaso escolar?
Derribar el mito de que los repetidores son menos inteligentes que el resto
A pesar de que repetir curso puede ser la pesadilla de muchos (a menudo por culpa de la creencia popular sobre que los repetidores son menos inteligentes que sus compañeros), hay que dejar claro que no es algo ni bueno ni malo, simplemente significa que no todos aprendemos a la misma velocidad, y eso no es malo en absoluto, cada uno tiene sus tiempos.
Por eso, es bueno hacer entender a los alumnos que, al hacerles repetir, no se les está castigando, al contrario, se les está brindando una nueva oportunidad para desarrollar todo su potencial.
Asimismo, es de vital importancia normalizarlo, haciendole ver al menor que no pasa nada por repetir un curso, sobre todo porque el niño o niña estará desanimado por no seguir en clase con sus compañeros y por las falsas creencias sobre los repetidores. Lo importante es afrontarlo de forma positiva, ya que no hay nada de malo en ello (sobre todo para tratar de evitar que sufran ansiedad, estrés o depresión, entre otros).
Los daños en la autoestima que provoca repetir curso
Aunque no hay nada malo en repetir curso, no es recomendable que los niños repitan a temprana edad, ya que está demostrado que puede dañar la autoestima y motivación del menor (aparte de ser algo innecesario si estamos hablando de niños de entre 6 y 12 años), pudiendo incluso provocar el efecto opuesto al esperado, ya que un alumno con baja autoestima y escasa motivación no rendirá igual que un alumno motivado y animado.
Por eso, a veces, los alumnos repetidores sacan peores notas que antes de repetir curso. Es importante saber comprender a los alumnos y entender la situación de cada uno para entender el porqué de sus calificaciones o comportamiento en general.
En conclusión, es importantísimo comprender al alumnado y entender que no todo el mundo tiene el mismo nivel, que cada uno aprende a su manera y con tiempos diferentes. El hecho de necesitar uno, dos, tres o incluso cuatro años más para aprender no significa que seas menos inteligente, sino que, al igual que muchas otras personas, necesitas un poco más de tiempo para alcanzar tu máximo. Por eso, nunca hay que tirar la toalla, y menos con los estudios, ya que con esfuerzo todos podemos llegar alto.
