Aprender un idioma es un proceso continuo y debería ser divertido

A lo largo de estos años dando clases me he encontrado con todo tipo de alumnos cuya mayoría venía de un sistema educativo sistemático y repetitivo centrado en su mayoría en la gramática.

Trabajando con mis alumnos he podido ver como cada uno tenía unos requisitos diferentes pero todos evolucionaban mucho mejor con un cambio de perspectiva en su enseñanza.

Aprender un idioma no es solo ir a una clase o coger un libro y hacer ejercicios, aprender un idioma es un trabajo continuo y debería ser divertido. Digo "debería" porque muchas veces no lo es, no disponemos del tiempo suficiente o la motivación pero es eso precisamente lo que hay que cambiar en vuestras mentes.

Aprender un idioma más que un esfuerzo es una constancia, es tenerlo presente en tu vida un poquito cada día. Es trabajar con tu profesor no solo la gramática, si no la conversación, el oido, las frases hechas, la comprensión. Es tener un hueco mientras cocinas para escuchar la radio en inglés, leer los ingredientes en inglés, ver 15 minutos de "Tedtalks" (altamente recomendado para mis alumnos del tema que gusten) y es no tener miedo a equivocarse.

Jugar a un juego no es solo para los niños, si no para alumnos de todas las edades. Es coger los temas que te gusten o las cosas con las que estés en contacto y cambiarlas al idioma que deseas aprender. Por ejemplo, cambiarte el móvil al inglés, ver películas con subtítulos, seguir la letra de tus canciones favoritas...

Hay que trabajar estas cosas, porque la mayoría de lecciones nuevas que procesamos son subconscientes que luego se van volviendo conscientes, y no hay que forzar a la mente si no ayudarle a ir asimilando con constancia y estimulando los procesos de recompensa para que precisamente todo este proceso sea algo estimulante y positivo.

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