¿Quieres aprender a tocar un instrumento musical? ¿Has hablado con gente que ya lo hace y/o has buscado por internet para estudiar qué opciones se adecuan a ti?
Vamos a tratar los principales pros y contras de los dos tipos de organización del aula posibles: clases grupales y clases individuales.
Existen un gran número de academias de música repartidas por toda la geografía española y en la mayoría el sistema es idéntico: clases grupales de instrumento por un lado y clases teóricas por otro (también grupales).
Bien, en ocasiones, la organización de los grupos es precisamente desorganizada, pues se agrupan alumnos por nivel de conocimientos y no por edad. Por tanto estamos pedagógicamente creando lagunas de serie en el desarrollo de aprendizaje de los alumnos inscritos. La capacidad de aprendizaje está muy marcada por la edad y aunque, no podemos en absoluto generalizar esta problemática, existen centros que agrupan a los alumnos de esta forma. Por ejemplo: un adulto de 45 años con un joven de 19 años. Probablemente la motivación de uno y de otro, así como el tiempo disponible para practicar, la capacidad para desenvolverse en contextos nuevos e incluso los gustos musicales sean generacionalmente opuestos.
Por otro lado, las clases grupales son una opción también muy demandada por las posibilidades de socialización que ofrece el asistir cada semana a una actividad con otras personas que tienen gustos muy parecidos. Todos conocemos las típicas cenas de final de trimestre o curso que nos permiten crear ciertos vínculos e incluso formar una banda con estas personas.
Sin embargo, hay cada vez un mayor número de personas que deciden aprender y reforzar nuevas habilidades, en este caso musicales, de forma individualizada. Cuestiones como el horario, gustos y objetivos muy marcados e incluso las posibilidades ecónomicas proyectan un cambio de dirección hacia la elección de este tipo de clases. Asistir a clases virtuales es también un hábito cada vez frecuente y la gente comienza a borrar los prejuicios en cuanto a este formato gracias al avance de las tecnologías que ofrecen un trato para nada frío como siempre se ha pensado.
Trabajar de forma individualizada con un profesor nos permite alcanzar nuestros objetivos, corregir e incluso evitar errores de cualquier tipo de forma más temprana, tener la posibilidad de tocar nuestro instrumento hasta un 75% más en el transcurso de la clase, entre otros. El vínculo que creemos con nuestro profesor nos puede permitir incluso crecer mucho más como músicos.
Las clases individuales pueden suponer un mayor coste, pues el profesor trabaja exclusivamente para nosotros y la metodología no es totalmente idéntica a la utilizada con el resto de alumnos, por lo que se paga por la hora de clase y el tiempo empleado en la elaboración de los materiales exclusivos. Aunque por el tiempo empleado, probablemente el número de clases será inferior a las de las clases grupales y al final compense.
Estos son algunos de los pros y los contras en cuanto al formato de clases.
TÚ decides qué opción se adecua mejor a ti.
Juan Miguel Luzón
Maestro de música y Profesor de guitarra