Se ha mencionado en incontables ocasiones que la humanidad se encuentra en el mejor momento para llevar a cabo una cuarentena. Ya bien sea por lo que se sabe de epidemias anteriores, o por la disponibilidad de tecnología que ayuda a la población a sobrellevarla de otra manera.
Las relaciones sociales se han visto empujadas a un cambio radical. El encuentro social se ha visto abocado a un distanciamiento creando un espacio vacío en las personas y, por tanto, una necesidad de llenarlo.
Personalmente, no recordaba un uso tan acelerado de plataformas de videochat desde que se popularizó el ya difunto Windows Live Messenger. Éste supuso un cambio revolucionario en la forma de interactuar entre las personas de la misma manera que más tarde lo harían las redes sociales (Si, Facebook), premitiendo con el tiempo el intercambio de archivos y videollamadas.
Con el tiempo, más de una decada, han ido incorporandose a nuestra vida cotidiana elementos que se iban a tornar en nuestro salvavidas social y profesional durante los meses que discurrían de marzo a junio: smartphones, tabletas digitales, aplicaciones multiplataforma, la nube online... Todos ellos en el mercado con diferentes marcas e interfaces que ofrecían soluciones muy parecidas y con pequeños matices. Soluciones que se han visto remarcadas con la imposición de la cuarentena aquel fatídico mes de marzo en el que todo se paralizaba, incluida la educación.
El problema
Con la aparición del problema, tocaba poner solución. El objetivo: llegar a la mayor cantidad de gente posible para poder proseguir su educación. Las opciones eran multiples y los docentes requerían lo mismo desde todas partes: impartir, enviar, recibir y examinar. El reto tanto para profesores como alumnos era contar de antemano con las habilidades digitales necesarias para llevar a cabo tal actividad.
Las soluciones
A título personal, me gustaría dejar constancia de las aplicaciones que han salvado todos los escollos y que me han resulado de gran utilidad tanto antes como durante la cuarentena, y que representan una ventaja productiva en el ámbito de la enseñanza y el apoyo académico.
La nube - google drive
Las carpetas compartidas y sincronizadas en los dispositivos han resultado esenciales para el envío y recepción de tareas y apuntes con mis alumnos. La organización de las carpetas y archivos dentro de la nube corre por cuenta de cada uno. Eso si, se requiere poder manejarse con una cuenta de email y, al menos, un navegador web.
Mi recomendación es usar la aplicación de drive en un PC o Portátil, o bien en un dispositivo como la tableta, para mantener los archivos sincronizados.
Las videollamadas - Skype
Ha sido la punta de lanza de mi batallón de programas para ponerme en contacto con mis alumnos. Su libreta de direcciones, la fluidez de las videollamadas y la dinámica de la pantalla compartida a modo de pizarra me parecían la comunion básica que una aplicación debía ofrecerme para salvar la desventaja de una clase telemática.
Otra característica importante es que skype permite la grabación de las videollamadas, quedando estas disponibles durante 30 días en la aplicación. Una ventaja sin duda para el alumno.
La creación y edición de documentos - ScanPro (iOs) + Adobe Acrobat + PhotoShop
Tres aplicaciones que han resultado fundamentales ante la ausencia de libros. El escaneo y edición de documentos ha sido posible gracias a estas tres aplicaciones que han permitido el acercamiento de libros y tareas a los alumnos.