Puede que te preguntes, o no, el por qué elegí esta foto de portada...
Una vez una profesora mia me dijo: "Si cuando te sientas a escuchar a alguien, sólo le criticas lo que no está haciendo en vez de sentir lo que el cantante siente, cuando tu te subas al escenario te verás a ti misma criticándote y la magia no aparecerá".
Claro, yo nunca me había percatado mi actitud como espectador pero si que era mi propio verdugo al tener que ser yo la que se subía a cantar.
A partir de observarme, entendí que yo no estaba sintiendo como espectadora y fue cuando todo cambio. No es fácil dejar de pensar si eso te gusta o no, si es parte de tu estilo, si canta bien a tu gusto. Sin embargo, eso no puede superar a lo que el cantante transmite, que puede ser mucho, poco o nada.
Como cantantes debemos transmitir desde lo profundo de nuestro ser, soltar el cuerpo para que el aire se mueva y use todos los resonadores que tenemos. Por norma general, tendemos a resonar todo en la nariz (un espacio muy pequeño). Así hablamos y solemos cantar. Dejamos de lado todos los recovecos de nuestro cuerpo que sirven de resonadores y no sacamos el mayor provecho.
Como espectadores debemos sentir, lo que sea que esté ocurriendo, sin juicio, solo sentir. Luego podemos elegir si nos gusta o no y si es de nuestro estilo. Insisto en sentir porque a veces, el juicio, no nos permite aprender lo bueno que ese cantante o intérprete nos puede mostrar. Siempre se puede aprender, tanto de lo bueno como de lo malo, y solo al sentir, podemos estar presentes para luego aprender.
Es por esto que uso la foto de la burbuja con la luz interior. Cuando cantes, solo mírate, siente, canta y escucha lo que tu cuerpo te pide. Entra en tu burbuja para brillar. Suelta el bloqueo y confía es tu diafragma. Asi expresarás la luz y aparecerá la magia. No es tan fácil y requiere de práctica, pero se logra y no querrás cantar desde otro lugar. Luego podemos pensar que se puede hacer mejor, pero siempre para construir.
El camino de aprendizaje en el canto (y en muchas otras asignaturas) es, a veces, frustrante pero nos coloca un espejo al cual debemos prestar atención, cuidarlo y creer que es posible para nosotros.
Suéltalo, Suéltalo...
