Mucha gente odia Excel, sin más.
Me contactan pidiendo clases, en algunas ocasiones mediante llamada telefónica desesperados porque Excel es bastante superior a su paciencia cuando tienen que presentar documentos para su trabajo.
Pero este es muy frecuente encontrarlo no sólo en trabajadores que tienen lagunas con este programa, a pesar de que se ven obligados a utilizarlo, sino también en estudiantes universitarios o de FP que tienen asignaturas ofimáticas, o se ven obligados a presentar documentos que lo requieren.
En estos momentos donde me explican su problema, veo que al hacerles preguntan sobre qué tiene que realizar y qué han utilizado, algunos no conocen bien los menús o se complican demasiado haciendo las mismas cosas de una manera más enrevesada, en vez de usar una fórmula concreta o una dinámica más ágil.
Muchos son los que han puesto que poseen nivel medio de Excel, sabiendo poco más que sumar dos números y guardar el documento, es por ello que Excel, es un programa típico para realizar pruebas de nivel ante un puesto de trabajo, ya que ver cómo resuelve con él problemas y organiza datos, dice mucho más que el nivel que alguien se atribuye.
Excel es odiado informáticamente al mismo nivel que la gente odia matemáticas en la escuela; cuando ven tantos números en una hoja, fórmulas de líneas anidadas o deben encontrar datos entre miles de columnas, el estrés es abismal.
Por ello es indispensable, no sólo pedir ayuda en el trabajo concreto que deben realizar los estudiantes o trabajadores, sino poder dar con ellos una introducción al programa, que incluya la presentación de la interfaz, el uso de las fórmulas más necesarias e indispensables, el manejo de los datos, cómo encontrarlos, crear tus propias bases de datos, y sobretodo el formato para que vean todo más limpio y claro y de esa manera cueste menos entender las hojas de cálculo.