¿Te gustaría aprender a definir el gesto de un motivo con una sola pincelada?

Katsushika Hokusai (1760 - 1849), es sobretodo bien conocido por su vinculación con las “pinturas del mundo flotante”, la técnica de impresión sobre papel japonés basada en grabados sobre planchas de madera (ukiyo-e). Su obra más reproducida, La gran ola de Kanagawa, en la que unos pescadores se enfrentan a la furia del mar envueltos por una enorme ola con el Monte Fuji al fondo de la composición, es probablemente la más conocida de este genial artista.

Pero Hokusai, al igual que muchos otros pintores japoneses y chinos, describió y reprodujo su propio método, permitiendo así que sus numerosos aprendices y seguidores pudieran conocer de primera mano las técnicas de su sensei(maestro).

En su Manual de dibujo abreviado (reeditado recientemente en castellano por Sans Soleil Ediciones y comentada por David Almazán), Hokusai comparte con los lectores su faceta más creativa, mostrando no solo su personal manera de entender la composición sino también sorprendentes técnicas de dibujo basadas en su experiencia.

Para dibujar cualquier motivo (mariposas, peces, gallos, flores, figuras y rostros de personas,…) Hokusai nos propone fijarnos en su geometría. Si descomponemos un motivo, aislando las formas geométricas que lo componen comprenderemos más fácilmente las líneas que delimitan su forma y volumen. Prueba con alguno de los ejercicios que se incluyen en el libro y te sorprenderás con los resultados.

Pero entre las técnicas y recursos que Hokusai pone a nuestro alcance en su manual es la posibilidad de trabajar el gesto, la que a mi personalmente me parece más interesante. Quizá sea por el vínculo del sumi-e con la técnica de la pincelada única, o porque saber captar el gesto, contribuye a representar de manera más íntima la esencia del motivo más allá de lo que pueda significar una copia fiel del mismo.

Así que, en este caso no solo te animo a probar, sino que me comprometo a hacerlo juntos, en una de las sesiones que podemos compartir online (a través de Skype). Tomar el pincel, hacer una inspiración profunda y buscar en el trazo simple, pero preciso, de una única pincelada el gesto de una grulla, por ejemplo.

Decía Hokusai sobre si mismo al referirse a su trabajo: "... Desde los cinco años, he mantenido la costumbre de copiar las formas de las cosas y, aunque durante casi medio siglo, he exhibido muchos dibujos, no pinté nada notable hastacumplidos los setenta. A los setenta y tres años, asimilé vagamente la forma de las praderas y de los árboles, laestructura de las aves y otros animales, de los insectos y de los peces. Es por ello que, a los ochenta años espero habermejorado y a los noventa haber percibido la esencia misma de las cosas, de manera que a los cien años haya alcanzadoel misterio sagrado y que a los ciento diez años, incluso un punto o una línea estarán vivos. Rezo para que al menos uno de ustedes viva lo suficiente como para poder verificar mis afirmaciones”.

Si reproduzco y comparto contigo esta cita del maestro de maestros es, precisamente, para poder poner de relieve tres de las peculiaridades del sumi-e: la paciencia, la perseverancia y la humildad. Paciencia para poder sentir dentro de ti la resonancia del motivo, perseverancia para practicar la técnica una y otra vez hasta que, por fin, sin saber cómo ni cuándo, sientas que te has olvidado y humildad para deshacerte de tu ego y poder disfrutar sin juzgar el resultado de tu trabajo.

Guillermo de Vicente

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