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LA ORATORIA COMO ARTE. Herramientas prácticas para llevar a cabo una buena exposición en público.

INTRODUCCIÓN. El Armageddon expositivo.

Las personas por naturaleza tenemos sentido del ridículo lo que nos hace de alguna manera previsores, precavidos y seguros cuando nos exponemos delante de los demás. Sin embargo, la vida nos pone en ciertos aprietos que nos hacen exponernos a la crítica, a la risa, la broma, los comentarios necios o simplemente la indiferencia o aburrimiento de los que nos están escuchando. Esta situación se hace mas grave cuando nos exponemos con un objetivo, ya sea el de alcanzar una nota final, dar una charla a un grupo de personas que no conocemos, presentar un acto social o un evento del cual tenemos la voz cantante.

Todo ello se junta en nuestro cerebro y de pronto nos sentimos inseguros, sudorosos y toda clase de desgracias o desastres se hacen presentes: caídas, traspiés o golpes cuando subimos al escenario, tribuna, pulpito etc. Tos y ahogamiento repentino, sudar como si estuviéramos bajo la ducha. Nos entran todos los tics del mundo mundial o comenzamos a balbucear palabras que apenas se oyen hasta que alguien comenta: ¡no se oye¡ con lo cual nos toca repetir lo que estábamos explicando.

Luego están las desgracias técnicas que son tan horribles o más que las que he indicado anteriormente, y que a más de uno le genera la “muerte súbita” y que pueden ser muchas y de muchas formas como: que el bolígrafo derrame toda la tinta en la mano, o que no funcione si estás tratando de escribir en la pizarra digital. O bien que al abrir el material de apoyo en el proyector aparezcan las fotos del verano en la playa con un salvavidas de unicornio. O quizás justo en ese instante hay un apagón mundial, cae un meteorito cerca o los alienígenas nos invaden.

Todo este tipo de desgracias son las que están en nuestro cerebro, pero NO EXISTEN, solo que en ese momento pensamos en negativo y creemos que vamos a hacerlo mal o que nos va a suceder algo que va a hacer de nuestra presentación, exposición, debate o defensa de un trabajo de fin de curso un relato apocalíptico y una experiencia traumática.

Esta sensación solo dura 2 MINUTOS, por lo que aunque en el momento inicial pensemos todas estas cosas, debido a la inseguridad y porque somos humanos, sin embargo pasado este tiempo, y siguiendo las pautas que os voy a exponer a continuación, lograremos no solo salir airosos de este Armagedón emocional sino que ese chute de energía será tan positivo que querremos hacerlo mas veces generando positivad, seguridad y aumentando el valor y la percepción que tenemos de nosotros mismos.

UN BUEN ORADOR NO NACE, SE HACE

Son muchos los blogs, podcast, videos, tutoriales, revistas o libros que hablan de técnicas para hablar en público. Yo no me considero una gran oradora, sin embargo es muy importante practicar el discurso o la exposición que vamos a realizar de tal forma, que podamos familiarizarnos con nuestro discurso y luego acompañarlo con una buena gestión de expresión corporal y la voz.

La vida me ha llevado como a vosotros en algún momento a tener que hablar en público. Con 23 años tuve que realizar una presentación ante un gran número de personas durante la visita de una personalidad política, leer en público, realizar exámenes orales o hablar con las comunidades vecinales cuando trabajé como reformista, incluso durante mi época de guía de museo también tenia que realizar explicaciones a grandes grupos de personas; durante esta etapa actual de mi vida he impartido clases a alumnos tanto presencial como telemáticamente.

Todo ello ha hecho de la exposición oral, parte de mi vida a lo largo de los años con lo cual el hablar en público ha sido algo que he ido normalizando durante toda mi vida, normalizando, repito, a base de hacerlo muchas veces. Por eso, aunque veamos un gran discurso realizado por personas que aparentemente tienen un talento natural para poder hablar en público, sin embargo no es improvisación o tener facilidad de expresión sino que se perfecciona con el tiempo la preparación y una serie de pautas haciendo de sus intervenciones exitosas.

RECURSOS PRÁCTICOS PARA HABLAR CON ELOCUENCIA EN UNA EXPOSICIÓN.

Julio César (1953) de Joseph L. Mankiewicz. Discurso de Marco Antonio.

1. Céntrate en el público.

Lo primero que se debe hacer es decir por qué es importante que el público esté presente en la reunión, por qué es importante lo que les vas a decir, por qué es importante que te escuchen. Si se han dado cuenta, siempre es muy importante desde el por qué, al hablar desde este punto de vista les daré la razón o el motivo, por ejemplo, si es el aniversario de una Universidad, hablando desde el “por qué sería”: “Es importante que estén aquí, cada uno de ustedes han sido convocados hoy porque son parte del día a día, porque esta Universidad depende de ustedes, no se cumpliría un año más sin su esfuerzo y dedicación……”. Esto es un buen ejemplo de hablar desde el por qué.

2. Poco agradecimiento más impacto.

Agradecer es muy importante, es la parte protocolar de un discurso, pero si esto es muy largo, es muy probable que la atención sobre lo que vas a decir disminuya, hay algunos que cuentan chistes o dicen algo disruptivo que llame la atención, pero no es necesario hacerlo de esta manera, es suficiente que los agradecimientos sean cortos y, acto seguido, se comienza con el discurso. Hay casos en los que los agradecimientos son parte importante del discurso, esto dependerá del tipo de evento.

3. Habla conciso y claro.

Hay veces que uno quiere adornarse con palabras que tal vez no formen un vocabulario coloquial o promedio, sin embargo, abusar de ellos puede ser perjudicial. Cuando queremos ser elocuentes, no es necesario usar palabras difíciles, sino palabras que puedan hacer sentir emociones a los que nos escuchan.

4. Usar historias.

Los ejemplos o las historias son lo mejor que uno puede hacer mientras se está dando un discurso, esto ayuda mucho a que las personas se pongan en las situaciones que estamos contando. Para generar empatía, contar historias es una muy buena opción.

5. Utiliza el cuerpo para expresar y contextualizar el mensaje.

Si somos un robot hablando no van a tener la atención del auditorio, independientemente de la cantidad de personas. Por eso, es muy importante usar los brazos, la mirada y las posturas. Comienza con las manos juntas a la altura de la boca del estómago formando un triángulo y parte de ahí para usar los brazos y siempre vuelve a la misma posición. Esto te ayudará a tener una buena postura al hablar.

6. Elimina las muletillas.

Este consejo no es solo para dar discursos, sino para todo momento, expresarnos con muletillas como “eh”, “o sea”, “este…” entre muchas otras es un error a la hora de comunicarnos. Es difícil quitarlas si estamos acostumbrados a decirlas, pero es importante que practiques en todo momento para eliminar las muletillas, pero, primero, toma conciencia en qué momentos las dices para en un futuro ir reemplazándolas con otros recursos. Un tip que ayuda a corregir es repetir la idea anterior, pero de forma diferente mientras voy pensando en lo siguiente que tengo que decir.

Lo más importante es la práctica, estos consejos solo pueden ayudarte si estas constantemente pensando en ellos y practicándolos .

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