La importancia de la postura, ya sea física, emocional o mental, es determinante en todo lo que nos planteemos hacer en nuestra vida.
En grafología, saber interpretar la postura que adopta la persona, adulta o niñ@, al escribir, nos dará la información de cómo está afrontando el momento.
La escritura es una forma de comunicación como cualquier otra forma que tiene el ser humano, pero es muy importante saber entender desde que posición o postura se está llevando a cabo.
Si observamos que un niño está sentado frente a la hoja, en una posición adecuada, espalda recta, codos bien apoyados, que pone interés, esmero y atención, a estos niños, indistintamente de lo bien o mal que le haya podido salir la tarea, debemos dar notoriedad a lo que hicieron bien, felicitarlos, y pedirles que sigan mejorando lo que no les salió tan bien.
Los niños de 6 a 12 años, son muy emocionales, también necesitan del reconocimiento de los mayores, y todo lo que los mayores le pidan desde el respeto y consideración, lo van a tomar como una necesidad, como algo que les va a hacer sentirse importantes y reconocidos dentro del ámbito escolar o familiar, es por eso que cuando realizan un esfuerzo, ese esfuerzo debe ser reconocido, así obtendrán una energía y decisión de querer seguir avanzando y aprendiendo porque saben que de cada situación que superen, van a obtener el reconocimiento, cariño y atención de sus mayores. A esas edades, la persona avanzará mucho más y mejor con elogios y respeto por su labor, que con menosprecios y humillaciones.
Pero esos niños que su postura es inadecuada frente a la página, espalda curva, cabeza caída, piernas contra dirección de la silla y la página, etc., estos niños han perdido la motivación por el motivo que sea, posiblemente en estos casos, su mente recordara que cada vez que han realizado algo que le han pedido sobre ese papel en blanco la respuesta haya sido… esto está mal, esto también y esto otro nunca más lo vuelvas a hacer así, prestar más atención y pon más esfuerzo, ósea que el objeto de sus males y problemas con los mayores y qué tantos problemas y sinsabores les da, es esa página y ese útil de escritura.
Así, cada vez que se enfrenten al folio, su mente se resistirá, su cuerpo se sentirá fatigado, su autoestima en peligro, incluso podemos observar miedos. Así es imposible concentrarse en lo que está haciendo y realizar un trabajo aceptable, y el primero que lo siente y quiere evitar ese mal trance es él o ella. Si me las arreglo para no hacer lo que me piden, me evitaré una humillación más y un mal rato.
Es así como podemos llegar a comprometer el desarrollo del intelecto de nuestros niños, pensando que poniendo el acento y la atención en los errores que él o ella puedan cometer, va a ser más productivos que felicitándole por el buen trabajo que hayan podido realizar y animándoles a que mejoren lo que no les salió tan bien.
Entonces, para poder hacer que nuestros niños tenga una buena postura frente al papel, debemos procurar que su mente, su intelecto, no se sienta amenazado, entonces podremos lograr de ellas una buena postura emocional, y si eso lo conseguimos de ellas, la postura física que adopten frente al papel o frente a sus vidas en familia, colegio y sociedad, será la de una postura erguida, segura, cómoda y que les permitirá superar y superarse.
