INTRODUCCIÓN
Hace como cinco años que los tradicionales exámenes extraordinarios de septiembre, para los alumnos que han suspendido en Junio, han desaparecido, por Ley en la Enseñanza española.
Se alegan motivos de mejor organización del curso siguiente, adecuación al modelo europeo, poca eficacia en la recuperación de los alumnos suspendidos y discriminación económica. Creemos que todas estas razones no son motivo de eliminación de los exámenes de septiembre.
La normativa establecida es sustituir esta prueba por otra a mediados de junio, y para aquellos alumnos que en el examen final de primeros de junio no hayan aprobado. Ocurre entonces que los alumnos que han aprobado en el examen de primeros de Junio, ya no van a clase, han terminado su curso.
Y es permitido por padres y por el Centro, por mucho que la Ley diga que permanecerán en el centro, con actividades propias de la asignatura, y en la misma clase donde los alumnos que no han aprobado, reciben clases de refuerzo para el examen final de mediados de junio, que sustituye a la prueba de septiembre.
LAS CLASES DE REPASO
Según esta normativa los profesores repasarán la asignatura, durante unos 15 días, para preparar el examen sustitutorio de septiembre.
Todo profesor de matemáticas sabe que esto es imposible; en dos semanas, y en grupo numeroso no se puede repasar a conciencia toda la asignatura explicada a lo largo del curso, durante unos 6 meses. Por lo que pocos alumnos recuperarán y los que aprobaron en la primera convocatoria, se liberan de las clases a finales de mayo.
Como la vacaciones de verano en España son de casi tres meses, los alumnos que han suspendido, permanecen ociosos, no estudiarán esas asignaturas suspensas, pues no tienen examen en septiembre; las actividades en academias y clases particulares de apoyo escolar, explicaciones, realización de ejercicios, simulación de exámenes, etc quedan por ende suprimidas.
CONCLUSIÓN
Por todas estas razones, creemos que la supresión de los exámenes de septiembre, es contraproducente para los alumnos que han suspendido, y también para los que han aprobado, en la primera concocatoria.
Los meses de vacaciones se deben aprovechar también, para el estudio y repaso de las asignaturas suspendidas; es un largo periodo en el cual se puede conseguir el conocimiento de la asignatura y su preparación para una prueba en septiembre, que ha sido suprimida por Ley.
