La guerra del Golfo de 1991 afectó a todos países de la religón, incluidos Siria e Irak. Desde esta fecha, ambos países solo han sufido una descomoposición y depresión continua. Tras esta guerra salió a la luz que los países árabes no estaban tan unidos realmente y que había muchos intereses propios en todas las alianzas, además de que el control que ejercía EEUU en la zona era mucho más del que se creía.
Siria era uno de los países más autoritarios del mundo árabe, junto al Irak de Saddam Husein. Ambos países tuvieron que hacer frente a una depresión económica que afectó a todas las clases.
En Irak, la depresión económica fue causada por el interés de EEUU en la industria petrolera que ha contaminado las aguas y les ha agotado los recursos naturales o necesidades básicas como la electricidad. En Siria los propios gobiernos locales empobrecieron el país, partidos políticos y un régimen egoísta y corrupto compuesto por miembros del clan de al-Asad como Bashar. Y en ambos países, los recortes de los regímenes corruptos y la explotación de los recursos naturales y el control militar han afectado a la sanidad y a la educación.
Y como respuesta a toda esta represión surgieron algunos grupos terroristas y guerrilleros armados en Irak que intentaron resistir y luchar contra esta opresión y colonización de EEUU. Mientras que los levantamientos contra la corrupción del régimen en Siria fueron principalmente ejercidos por jóvenes, una resistencia civil, y una movilización pacífica de estudiantes universitarios y mujeres.
En ambos países se han detenido, torturado a niños, políticos, periodistas y a todo aquel que fuese en contra del régimen autoritario o la potencia colonizadora. Pero a pesar de eso, estas organizaciones civiles siguieron generando revueltas y garantizando al resto de la comunidad el acceso a los productos básicos, electricidad, agua, recogida de basura, atender a heridos, etc.
Mientras que en Siria se hacía oídos sordos a estos levantamientos y los servicios secretos de inteligencia asesinaban y silenciaban a los líderes de la revuelta; en Irak, EEUU intentó colaborar y llegar a un acuerdo para calmar esas revultas pero usando la división confesional como forma de control.
Porque ambos países son realmente heteregéneos en cuanto a las etnias y religiones. En Irak, por ejemplo, nos encontramos con identidades kurdas, sunníes, chiíes, que nunca se habían enfrentado con anterioridad, pero que esa paz se rompió tras la ocupación estadounidense, que han ido controlando las diferentes divisiones según les convenía. Todos estos escenarios han provocado que ambos países odien Occidente.
