Ante un mercado laboral cada vez más competitivo donde los sueldos escasean y la estabilidad parece propia de un capítulo de Cuéntame, intentar ser funcionario aparece como una opción atractiva donde el único requisito es querer estudiar.
Y es aquí donde muchos ven el primer problema ya que no han sido buenos estudiantes o han sido de los que aprueban por los pelos. ¿Seré un buen opositor entonces? Está claro que las personas organizadas y constantes parten con la ventaja de que no les costará estudiar todos los días, pero hay otros factores a tener en cuenta. En primer lugar la motivación que se puede tener a los 30, cansado de un mercado laboral desagradecido no es la misma que se tenía a los 15 donde ganarse la vida era algo lejano y fácil.
En segundo lugar, no todos necesitan muchas horas de estudio, si se tiene la capacidad suficiente, se puede aprovechar el tiempo igualmente.
En tercer lugar, lo único realmente necesario par aprobar unas oposiciones es el trabajo de estudio. Está claro que en este camino podrás contar con apoyo como profesores, preparadores o academias; independientemente de quién te guie, debes tener en cuenta que solo son un apoyo, que el trabajo debes hacerlo tú.
Antes de decidirte por unas oposiciones, ten en cuenta tu formación o las funciones que se te dan mejor. No te guíes unicamente por el número de temas porque eso puede ser engañoso. Las oposiciones con menor temario requieren notas más altas. Si se te dan bien los números estás de enhorabuena, porque esas suelen ser las menos solicitadas.
Encuentra a un buen preparador, no tengas como criterio buscar solo a funcionarios que preparen, ya que eso no garantiza que tenga vocación en la enseñanza ni te dará ningún consejo que no pueda darte un profesor en la materia. Y además, sacar plaza es mucho más complicado ahora que hace 15 años, por lo que su experiencia tampoco te servirá para afrontar la situación actual.
Una vez que has encontrado a tu apoyo en el cammino, rodéate de pesonas que te animen a continuar y sobre todo, ten claro por qué decidiste opositar y recuérdatelo en aquellos momentos que desees tirar la toalla.
¿Serás un buen opositor? Esa respuesta solo puedes dártela después de haberlo intentado.
