SERENIDAD PARA DISTINGUIR LO QUE SE PUEDE CAMBIAR DE LO QUE NO SE PUEDE CAMBIAR.

Todo problema tiene solución siempre que contemos con la actitud o predisposición correcta. Lo importante a mi juicio, es conocer bien al alumno para detectar cuál es problema de base que le impide conseguir los resultados deseados.

Hay alumnos que conocen la materia perfectamente pero al llegar al examen se bloquean, para éstos conviene enseñarles herramientas de control del stress y a través de minicontroles generar el hábito de examinarse sin convertirlo en algo traumático.

Hay otros alumnos que en lo que fallan es en la comprensión lectora, para mejorar solo se puede hacerlo a través del ejercicio de leer en voz alta, apoyandose en marcadores o en rotuladores.

También entiendo que hay que ser honesto con el alumno, el trabajo principal para conseguir aprobar depende única y exclusivamente de él mismo, nosotros, los profesores, podemos darle pautas pero no podemos marcarle el camino a seguir ni borrar sus limitaciones. No todos tenemos facilidad para ,por ejemplo, resolver ecuaciones de segundo grado o escribir redacciones para clase. Howard Gaerdner clasifica ocho diferentes tipos de inteligencia que pueden manifestarse en un individuo, con lo cual el abánico de posibilidades se limita de forma significativa. No podemos pedirle a una persona que tiene facilidad con las matemáticas que sea brillante en lengua o literatura.

En definitiva, en todo profesor ha de existir además de conocimientos de la materia que imparte, conocimientos en psicología, facilidad para la escucha activa y mucha observación.

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