El Trastorno de Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) es un trastorno del neurodesarrollo que afecta a la capacidad de una persona para prestar atención, controlar sus impulsos y regular su actividad física. A menudo, se manifiesta en la infancia o la adolescencia y puede continuar en la edad adulta. Enseñar a un alumno con TDAH puede llegar a ser difícil y menos si no se conoce a fondo el trastorno y cómo afecta a nivel educativo.
En este blog aportaré algunas estrategias que pueden ayudar a mejorar el aprendizaje de nuestro alumno y obtener un aprendizaje rico y gratificante:
1. Se tiene que establecer un entorno de aprendizaje que se encuentre estructurado y que se encuentre ordenado. Los alumnos con TDAH necesitan siempre un entorno de aprendizaje bien estructurado y rutinario.
2. Las instrucciones que se dan al alumno deben ser claras y específicas. La complejidad a la hora de desarrollar una instrucción debe ir, desde lo general, a lo más específico.
3. Se deben establecer una serie de rutinas claras. Respaldaros mucho de las ilustraciones y elementos visuales para recordar al niño/a el conocimiento previo realizado y el aprendizaje que se realiza a través de él.
4. Es fundamental fomentar la participación activa durante el proceso de enseñanza-aprendizaje: como bien sabemos, los alumnos con TDAH muestran dificultades para prestar atención durante unos largos períodos de tiempo, intervalo que se puede reducir si el alumno no se encuentra cómodo con el entorno o con la actividad que está realizado. Por lo tanto, tenemos que fomentar la participación activa mediante la realización de actividades prácticas. También puede ser útil utilizar técnicas de enseñanza dinámicas, como la realización de juegos de pregunta/respuesta o juegos de rol con un papel que el alumno se sienta cómodo.
5. Se tiene que ofrecer al alumno un feedback de manera inmediata y de forma específica una vez se ha introducido la teoría, así como cuando esta se aplica a las actividades prácticas: Los alumnos con TDAH pueden tener complicaciones para generalizar lo que han aprendido. Por lo tanto, debemos mostrar al alumno su avance en el proceso de enseñanza-aprendizaje y en concreto, debemos especificar los aspectos que están realizando correctamente y los aspectos que deben mejorar. En este caso, debemos utilizar el Método Sandwich, en el cuál debemos introducir un comentario positivo, seguido de un aspecto a mejorar y por último, un elogio.
6. Si la tarea resulta muy complicada para el alumno, esta se debe modificar: los alumnos con TDAH muestran muchas dificultades a la hora de realizar tareas largas y específicas de un ámbito. En este caso, debemos modificar las actividades o dividir estas, con el propósito de hacerlas más prácticas y manejables. Un ejemplo claro que hemos comentado sería dividir una tarea en apartados más pequeños e ir avanzando poco a poco, motivando al alumno a seguir su proceso de aprendizaje.
7. Se requiere la máxima colaboración de la comunidad educativa: el TDAH es un trastorno que afecta tanto a nivel educativo como a nivel social. Con el propósito de que el alumno no se frustre y se encuentre desmotivado en su proceso de aprendizaje, debemos establecer un vínculo cercano con el círculo del centro educativo de nuestro infante. Eso involucra tanto a los profesionales del centro (tutores, profesores de educación especial, jefe/a de estudios) así como los demás profesionales que se asocian con los centros educativos. Se aconseja mantener contacto con el centro educativo y solicitar informes de los profesores de educación especial con el propósito de detectar cualquier carencia o dificultad que el alumno muestre en el aula. Es aconsejable que, en caso de que el alumno no consiga adaptarse a nivel curricular, se deberá establecer un plan individualizado, con el propósito de asegurar el aprendizaje del alumno.
8. Por último y más importante, seamos comprensibles y empáticos: los alumnos con TDAH muestran complicaciones a entornos nuevos, cambios inesperados y situaciones las cuales ellos no pueden controlar. Seamos empáticos, debemos buscar satisfacer las necesidades individuales del alumno.
Enseñar a un infante con TDAH puede llegar a ser un gran desafío, pero que conlleva a una gran recompensa. Con paciencia, comprensión y el uso, estrategias y de ayudas adecuadas, podemos extraer el máximo potencial del alumno y conseguir que el infante se encuentre motivado y dispuesto a querer lograr sus metas.
