Son muchos los estudiantes que se plantean estos días qué itinerario seguir en su formación. Entre los que optan por la educación superior universitaria, algunos se verán limitados debido a las decisiones de eliminar estudios por parte de algunas universidades.
Esta semana hemos sabido que la Universitat de Barcelona ha decidido suprimir algunos itinerarios en sus estudios de filología. Si bien cada vez somos más conscientes de la importancia de dominar idiomas, los que tienen relevancia son aquellos mayoritarios en cuanto a número de hablantes y, sobre todo, los que cuentan con un mayor nivel de demanda por parte de las empresas.
Los propios estudiantes tienen estos factores en cuenta a la hora de elegir estudios, por lo que determinadas filologías se ven abocadas a una dramática pérdida de alumnos y acaban por ser menos rentables. El criterio de las universidades públicas para determinar los estudios de las diferentes facultades no debería ser su rentabilidad en términos económicos, ya que es preciso preservar y fomentar el conocimiento per se y porque todas las lenguas son un preciado patrimonio cultural de todos.
Por otra parte, seguirá siendo posible aprender cualquier idioma, más aún en un mundo globalizado e hiperconectado. Otra cuestión es que dicho aprendizaje será, en principio, mucho más parcial, ya que no se entrará en toda la riqueza de aspectos lingüísticos, literarios y culturales, entre otros, que sí tenían su espacio en las filologías y se perderán especialistas en el ámbito académico. Afortunadamente, cuando vamos aprendiendo un nuevo idioma y lo vamos dominando, la práctica y el querer mejorar siempre nos llevan a conectar con aspectos culturales y literarios del idioma.