La cantidad de estímulos que encontramos a nuestro alrededor alteran y cambian nuestra atención constantemente. A los estudiantes, independientemente de su nivel académico, cada vez les cuesta más ponerse a estudiar, hacer los deberes, crear un ámbito de estudio constante... y si le añadimos la cantidad de compañeros y distracciones que su entorno le evoca, se suma un plus a la dificultad de las clases.
Estas distracciones no implican necesariamente una reforma educativa que reduzca el número de alumnos o docentes por aula para que la enseñanza sea más individualizada, sino al revés, pone el foco de interés en el necesario refuerzo extraescolar y apoyo educativo que necesitan los niños y niñas para poder conseguir las metas y objetivos curriculares que se les exigen (a veces, en mi opinión, desproporcionados).
De esta forma, a los familiares de los estudiantes les suele surgir interrogantes de cómo seleccionar el profesor particular adecuado para suplir esa dificultades educativas. Pero, entonces... ¿Por qué se tenía que meter a un desconocido en el propio domicilio? ¿En qué medida se va a fiar este familiar de una persona totalmente ajena a su entorno? ¿Puede dejarlo solo/a con su hijo/a?
Todas estas desconfianzas naturales generadas en relación esta situación por pedir apoyo a un agente externo se evidencian. Todo ello junto a la crisi sanitaria de la COVID-19, puso el enfoco en la duda de si las clases particulares a domicilio son seguras. Pero, ¿seguras en qué sentido? Se puede considerar de dos puntos.
Consejos para hacer más seguras las clases particulares a domicilio
1. Cómo elegir a tu profesor particular a domicilio
Evidentemente, en primer lugar, la elección del profesional docente. Para la primera toma de contacto recomendaría que fuera una entrevista con los padres y madres donde se sesgue y se compruebe de primera mano como se desarrolla la persona, qué intereses tiene, qué experiencia...
Todo ello permite construir unas expectativas y suposiciones sobre la persona que te ayudaran a juzgar su profesionalidad y seguridad en relación a tu hijo/a.
Además, si los credenciales de la persona no son directamente por un conocido que haya tenido experiencia prévia, ya que en ocasiones si necesitamos ayuda en una sola asignatura es más complejo encontrarlo, siempre utilizaría plataforma web donde el perfil de la persona este completo (foto, formación, experiencia, valoraciones...). Y, en relación a esa información, prevalecería, en mi opinión, las personas que tiene más experiencia que otras.
2. Habilita un cuarto seguro para las clases a domicilio
En cuanto a las clases particulares propiamente y el habitáculo en las que se llevan a cabo, con la COVID-19 hemos observado que las medidas han ido progresivamente mejorando y relajándose.
La elección de un método en línea o presencial creo que debería variar según la edad del alumnado y la experiencia del docente. Si, por ejemplo, tenemos un niño inferior a 11 años va a ser complicada la docencia en línea, pero si es una edad superior seguro que si el profesor particular tiene experiencia con este método no habrá ningún problema.
Además, en relación a este tipo de clases hay plataformas que te puede facilitar la adquisición de apuntes, un mayor control de las clases, etc. por tanto no hay ninguna dificultad que no se pueda solventar.
En definitiva, la seguridad esta caracterizada siempre y cuando se hayan llevado a cabo el análisi correspondiende a la persona. Las clases online siempre pueden ser un método más estricto para aquellos que no quieran a una persona en su domicilio, pero recordemos que siempre y cuando las condiciones sanitarias lo permitan y el profesor acepte, lo mejor es la cercanía de la lección presencial.