Como suele ocurrir cuando nos planteamos un objetivo, más o menos ambicioso, el plan para conseguirlo es la clave de todo el proceso. El entorno y las circunstancias de dicho objetivo jugarán un papel muy importante también, y tenerlos controlados será de gran ayuda.
Las características específicas del examen de idiomas al que nos presentaremos suelen estar a unos pocos clics de distancia. Ya sea consultando los exámenes de convocatorias pasadas, hablando con gente que se haya presentado, o hablando con un profesor de idiomas que hayan impartido o todavía impartan clases de preparación para ese examen, siempre tendremos opciones para averiguar en qué consiste, en detalle, la prueba a la que pretendemos presentarnos.
Las circunstancias suelen ser más estables, aunque no podamos decir lo mismo de los dos últimos años. Desde marzo de 2020 han sido muchos los exámenes que han cambiado de formato, incluso de fecha, debido a la especial situación. Este punto debemos tenerlo muy en cuenta, ya que no es lo mismo responder a cinco preguntar, sin optatividad, que responder también a cindo, pero a elegir entre diez, o quince.
Tanto para estas, como para otras muchas tareas, las clases de idiomas particulares somos de gran ayuda, ya que al restar en constante contacto con el mundillo académico, es más probable que tengamos información adicional sobre cualesquiera idiomas que estemos estudiando.
Sea como fuere, más allá de lo obvio, que es saber en detalle qué entra en el examen, y qué no, hay una serie de aspectos a tener muy en cuenta a la hora de planificar la preparación que vamos a hacer para un examen de titulación oficial de idiomas.
