En mi caso soy jugador de ajedrez con 2200 de elo fide aproximadamente, lo cual para quienes no conozcais la medida, significa un fuerte nivel aficionado pero sensiblemente por debajo de los jugadores en el camino de llegar a ser jugadores titulados y quizá profesionales a los que habreis visto jugar alguna vez, y seguro que te has preguntado ¿pero unos y otros, cada cuál a su nivel, como lo hacen?. Para empezar hay que explicar que el jugador de ajedrez de un determinado nivel necesariamente ha asimiliado ya unos conocimientos que tiene plenamente automatizados y que perfectamente pueden producir esas secuencias de jugadas rápidas (y buenas!) que cualquier aficionado al ajedrez ha visto tantas veces en las correspondientes partidas pero una cosa es un jugar a un determinado nivel y otra enseñar a quien no sabe.
Como monitor/profesor empecé a dar clases de ajedrez online como continuación de las clases presenciales que hacía según la disponibilidad en centros educativos y clubs de ajedrez de mi entorno geográfico. En ese ámbito las clases presenciales tienen como alumnado grupos de niños/as en edad escolar, normalmente de los primeros cursos de Primaria (6 a 12 y más concretamente 6 a 9/10 años) con diferentes grados de interés, conocimientos previos o directamente edades y capacidades cognitivas. Es un ámbito interesante y puede ser muy gratificante para aquellos a quienes nos gusta trabajar con niños/as pero es una vertiente de la enseñanza del ajedrez limitada a las clases presenciales.
Ahora que llevo ya varios años con múltiples alumnos online me he dado cuenta que hay mucho más interés potencial por el ajedrez en otros perfiles de alumnos cada cuál con sus características. Por supuesto primero hay que hablar de los jugadores federados con cierto nivel de ajedrez de competición que desean mejorar, hoy día recibir clases online de un jugador de nivel superior (no necesariamente un Gran Maestro) es algo bastante habitual o al menos perfectamente asequible, pero también es un grupo muy concreto y limitado puesto que muchos jugadores son autodidactas y simplemente mantienen su nivel.
A su vez dentro de este grupo hay que hablar específicamente de los niños/as orientados al ajedrez de competición en edad infantil, donde el alumno/a sigue siendo un niño/a pero juega ajedrez federado de competición y desea mejorar su nivel y ocasionalmente puede conseguir éxitos deportivos dentro de los campeonatos por edades, dentro de este subgrupo sí que es absolutamente generalizado la figura del Monitor/Entrenador para el niño/a de ajedrez de competición, puede ser un fuerte jugador del entorno de su ciudad, club o alguien distante geográficamente con quien se relacionen exclusivamente mediante clases online, esto depende de cada cuál y por supuesto son los padres quienes “llevan” al niño/a. (la gestión de esa situación daría para otro artículo)
Y por otra parte tenemos el perfil del jugador aficionado no federado, (normalmente una persona adulta) que habitualmente se inició en el ajedrez en su infacia/juventud, dejó de practicarlo al empezar los estudios superiores o simplemente al empezar su vida laboral y ahora, (pasados años, quizás décadas) se reengancha (o al menos eso intenta) mediante la práctica del ajedrez online en cualquiera de los múltiples portales operativos en internet, muchos en inglés pero también los hay en español y de repente aquella actividad lúdico-intelectual que le gustaba en su día pero que dejó de prácticar por las exigencias de tiempo y disponibilidad, descubre que le sigue gustando y ahora la puede practicar desde la comodidad de su casa ante el ordenador o directamente desde cualquier dispositivo móvil… pero (siempre hay un pero) la percepción de las limitaciones de su nivel competitivo son inmediatas.
Antes, (en la época pre-digital) el ajedrez sólo podía practicarse presencialmente con lo cual necesariamente se jugaba en clubs u otros locales con otra persona dispuesta y presente físicamente en ese momento, además el juego era mucho más incierto y para los jugadores no federados la noción de su nivel sería en función de los resultados frente a los rivales con los que se enfrentasen habitualmente… hoy día todo esto ya ha quedado completamente desfasado. En cualquier plataforma de ajedrez online se puede jugar contra rivales de todo el mundo y el nivel del jugador se mide mediante el elo (puntuación numérica fruto de los resultados obtenidos contra todos sus rivales) en un cómputo inmediato y automático, con lo cuál la evidencia queda más patente, el nivel obtenido en su día lo era en comparación con un grupo muy reducido de personas y lo más importante, “hoy día la gente sabe mucho ajedrez” o lo que es lo mismo, el jugador percibe las carencias y lagunas de su juego y más aún en el caso de personas adultas y maduras, desea comprender aspectos del juego que se le escapan al mismo tiempo que percibe fácilmente en el entorno digital “que hay mucha gente que lo entiende” pero aunque puede acceder gratuitamente a una infinidad de contenidos resulta difícil orientarse ¿por qué?.
Lo primero que hay que decir es que los contenidos de ajedrez publicados (audiovisaules, en papel o cualquier otro formato) están diseñados para los que ya saben jugar, esto tiene que ser así pero para el jugador principiante (o que simplemente no tiene asimilados esos conocimientos previos) resulta desalentador…
Para hacerse una idea de lo que podríamos denominar la escalera de aprendizaje del ajedrez me parece que la comparación con las matemáticas es ideal, ( a lo largo de los años/cursos de enseñanza escolar) primero operaciones aritméticas básicas basadas en el cálculo, una calculadora u otra apliación informática ejecuta la operación de forma perfecta e inmediata pero el alumno/a debe desarrollar la capacidad de hacerlo por sí mismo al menos hasta cierto nivel. Después vendrán problemas que ya requieren un pensamiento abstracto aunque sea muy básico (por ejemplo trabajar con conjuntos) y posteriormente operaciones más complejas como ecuaciones, estas operaciones más complejas también pueden ser resueltas por aplicaciones informáticas pero hay que notar que aquí el resultado sólo es el último paso de una larga cadena, hasta el punto que si nos dicen el resultado pero no sabemos operar seguiríamos sin poder resolver el problema porque no podemos crear un enlace lógico entre en el enunciado y el resultado final por mucho que lo sepamos.
En ajedrez se empieza con el movimiento de las piezas y a partir de ahí las interacciones básicas entre ellas que en ajedrez se denominan táctica, el alumno/a debe familiarizarse con ella y resolverla correctamente al menos hasta cierto nivel. Cuando ya se ha consolidado este conocimiento se puede empezar por introducir elementos de pensamiento abstracto básico como ideas posicionales sencillas y a partir de una correcta asimilación ya se podría esperar conseguir jugar partidas sin grandes errores tácticos ni posicionales, antes de esto jugar partidas es perfectamente posible desde el punto de vista lúdico pero resulta inútil o contraproducente desde el punto de vista pedagógico.
Por supuesto hay jugadores que pueden completar en mayor o menor medida este recorrido (e incluso seguir avanzando hasta escalones superiores) de forma autodidacta, pero quienes perciban que no pueden (y al mismo tiempo su gusto y afición por el ajedrez les impide desistir) hay que decir que necesitan un Monitor/Profesor que les eche una mano para ir subiendo los escalones uno a uno, al ritmo del alumno pero con los contenidos establecidos por el Monitor/Profesor para asegurarse que en cada momento el alumno/a tiene delante el contenido más provechoso, aquél que puede asimilar en mayor medida y que al mismo tiempo resulta coherente con la progresión global.
Este proceso sin los medios digitales quedaría muy limitado y sobre todo costaría mucho más tiempo, hoy día puede hacerse de forma comparativa mucho más rápida (aunque sigue necesitando su tiempo) y debería basarse en contenidos estructurados, la debida implicación y en general una buena interacción profesor-alumno y viceversa, ¿te gustaría aprender ajedrez?.
