Aprender y divertirse siempre han sido dos palabras que han rozado el límite de llevarse bien o mal. Para muchos, la diversión sigue estando a años luz del aprendizaje y para otros, el aprendizaje no es posible sin esa chispa de emoción que llega a encender la llama de la curiosidad, la motivación y las ganas de aprender algo nuevo sin dejar de crear, de imaginar y de sentir; sobre todo sentir, ya que sin sentimiento es difícil de aprender y menos divertirse a través de las palabras…
Por eso, te invito a venir y probar mis clases, a crear, a descubrir, a imaginar y a disfrutar aprendiendo una lengua...
