Pensar en los números es recordar cómo aprendimos a relacionar la cantidad de objetos con un símbolo numérico como 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9 o, incluso, el cero “0”. Esos números son sencillos y junto con el 10 se conocen como dígitos.
Comenzar a contar es empezar desde el 1 y seguir agregando de 1 en 1 más números. Ésos son los números naturales. Puedes contar hasta 10, luego hasta 100 y luego quizás llegues más lejos. Esos números nunca terminan y entonces se dice que son infinitos.
Pero si lo que haces es no agregar sino quitar, digamos que partes de 10 y vas quitando números de 1 en 1, llega un momento en que te topas con el 0, ¿y luego? Luego nos empezamos a meter en el campo de otros números que a veces nos complican la cabeza. Si a 0 le quitas 1 tienes un número negativo que se puede escribir como -1 (y que se lee “menos uno”), después le quitas 1 y obtienes -2 (menos dos) y así sucesivamente.
Con esa regla es fácil deducir que lo que tenemos son los mismos números naturales que contábamos hasta el infinito pero en otro sentido: en el sentido negativo.
Si dibujamos una recta conocida como “recta numérica”, podemos colocar el 0 a la mitad. Los números naturales, también conocidos como enteros positivos, estarán a la derecha a distancias regulares de 1 en 1, y los enteros negativos estarán a la izquierda a distancias regulares de 1 en 1 también.
Algunos matemáticos consideran que los enteros son todos esos números pero no incluyen al 0. Otros matemáticos incluyen al 0. Y ahí empieza la aritmética.
¿Cuál es el entero positivo más grande que has conocido y que tiene sentido para tu vida?
¿Has visto alguna vez que se usen los enteros negativos?
