Normalmente, asociamos las clases particulares a un trabajo provisional con el que conseguir algunos ingresos extra, lo cual puede repercutir en la tranquilidad que tengan las familias a la hora de contratar a un profesor. Pero como aquí nadie está libre de pecado, quien más y quien menos dio clases con ese objetivo; lo que no debe suponer un obstáculo para comportarse profesionalmente.
Al final todo depende de los planes de futuro que tenga la persona, pero si su objetivo es dedicarse a la enseñanza, reglada o no reglada, puede ser una experiencia muy buena con vistas al futuro; no hablo desde el punto de vista económico, sino desde el profesional y personal. Actualmente, las clases particulares pueden ser una perfecta alternativa laboral. Constantemente se demanda formación en las más variadas disciplinas, desde las tradicionales matemáticas y lengua, a las más modernas, como aquellas derivadas de las RRSS, pasando por el auge de los idiomas. Por tanto, una persona que tenga un conocimiento y que sepa y quiera transmitirlo puede plantearse este tipo de docencia, bien por cuenta propia, bien contando con el apoyo de compañías especializadas.
Retomando la pregunta formulada al inicio, la respuesta es afirmativa; el primer motivo es el explicado en el párrafo anterior, que puede ser una opción de futuro para tener en cuenta. Derivado de esto, el estudiante, al dar clases particulares, irá desarrollando su estilo, cultivando al futuro profesor que será al cabo de unos años, creando rutinas, perfeccionando métodos de enseñanza.
Pero lo que sin duda le va a traer mayor satisfacción y resultar más enriquecedor son todos esos intangibles que tiene esta tarea y que tanto enganchan; como el comprobar el progreso de sus alumnos, asistir a su maduración, recibir su cariño y gratitud, verse reflejado en ellos, comprender sus dificultades como alumnos y entender aquellos momentos de frustración de sus profesores.
En definitiva, las clases particulares son un trabajo perfecto para los estudiantes; por un lado, para prepararse como futuros profesionales y por otro, por el crecimiento personal que esta tarea aporta al ayudarle a conocerse a ellos mismos y al comprender los sentimientos de los demás.
