Hoy en día, vivimos en una sociedad rodeada de estímulos tanto visuales (series, películas...) como auditivos y didácticos. Muchas veces, esta sobreestimulacón de información es la que hace que nuestros alumnos se vean saturados y distraídos, dejando a un lado el objetivo central de una materia.
Es por esa razón, por la que muchas veces necesitan a alguien que les guíe de una forma mucho mas especializada de la que puede ofrecer la educación en un aula con 20 alumnos. Con las clases de apoyo escolar, la persona que les guíe se podrá centrar en sus necesidades principales, detectando sus puntos débiles y fuertes, para de esta manera potenciar los puntos fuertes y pulir o darle estrategias para mejorar los débiles.
El fin de unas clases particulares en cursos de la ESO o primaria, no es tanto la dificultad que le puede suponer a un niño la materia, sino las estrategias que usan para sobrepasar esa dificultad, ya que serán las estrategias que utilicen en un futuro, a lo largo de su vida académica o personal.
Gracias a estas nuevas estrategias, proporcionadas por un profesor guía y que se pueden ir adaptando según el contexto académino, personal y emocional del niño, probablemente se obtenga una mejora, no solo académica, si no que tambien con respecto a la relación que crea el niño con los estudios.
El alumno obtiene una visión más esperanzadora, gana confianza en si mismo, y se ve capaz de afrontar problemas de manera independiente, gracias a esta nueva visión o estrategia de estudios.
Para concluir, recomiendo la lectura que dejo abajo, para entender verdaderamente la relación de un niño con el aula, con los profesores, y como la mejora de algunas estrategias que mayoritariamente son sociales puede provocar un gran progreso académico.
