¿Cómo medir el progreso de mi alumno?

Los profesores particulares no suelen hacer exámenes al nivel de los centros, los colegios y los institutos. Pero eso no significa que no deban hacer un seguimiento a sus alumnos y no les deban poner pruebas.

Todo lo contrario, los profesores voluntarios deben tener un seguimiento más exhaustivo, más al detalle de la evolución de los alumnos. Un profesor de estas características debe poner pruebas que midan la evolución en todos los sentidos.

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Si quieres trabajar de profesor particular y además quieres ser profesional. Una de esas obligaciones es evaluar a nuestros alumnos. Algunas son simples ejercicios y otras implican a los padres o los tutores del centro.

¿Cómo hacer ejercicios evaluables?

Existen dos formas de como poner notas a los alumnos con ejercicios. Los que están hechos para aprender y practicar y los que están diseñados para evaluar. En el primero de ellos lo importante es el proceso, en el segundo son los resultados.

Cuando se plantea un ejercicio para evaluar el progreso del alumno tenemos que tener en cuenta ¿qué aspecto vamos a evaluar?. Aunque hayamos estado tocando un tema, habrá algo de ese tema que nos interese más evaluar.

Debemos tomar esta decisión en base a dos cosas. Debemos evaluar lo que creemos que es importante en general y lo que es importante para nuestro alumno. Y así hacer un seguimiento al alumno completamente efectivo.

Hay ciertas cosas que siempre se deben evaluar a un alumno, aunque sepamos que las domina, hay que asegurarse de que lo hace correctamente porque son cosas importantes. A la vez, hay cosas que debemos evaluar porque son importantes para el alumno.

Esta es una de las grandes ventajas de un profesor particular. Podemos plantear ejercicios personalizados que intentan evaluar aquellas cosas que queremos controlar y luego tomar medidas al respecto.

Debemos tener en cuenta la regularidad de este tipo de ejercicios y clasificarlos en tres tipos:

  • Diarios: Sobre cada cosa que hagamos y trabajemos, podemos realizar ejercicios. Es importante prepararlos aunque luego consideremos no hacerlos.
  • Por tema: Cuando cerramos un temario hay que evaluar si todo se ha entendido o no. Aunque eso se acostumbre a hacer en la escuela, los profesor particulares también deben hacerlo.
  • Extraordinarios: Son ejercicios diseñados para algo específico. Si hay que reforzar algún tema hay que hacerlos para saber dónde está el problema y cómo solucionarlo. No se debe abusar de estos ejercicios ya que hay que intentar que aprendan con el temario diseñado.

Tutorías

Otros de los pilares básicos del seguimiento con el alumno. Hay que mantener reuniones donde se hable sobre la evolución académica, aunque ya lo hagáis en clase, es bueno sacar tiempo solo para hablar de cómo van las cosas.

Las tutorías se pueden hacer solo con el alumno, pero hay tres tipos de reuniones que un profesor particular debe hacer si quiere dar lo mejor de sí:

  • Con alumnos: hechas solo para hablar de cómo está yendo la asignatura, de las cosas que más le cuestan, de las que menos, también de aquellas que más le gustan. También sirve para que el profesor le diga lo que piensa de él, no confundas hacer crítica con castigar.
  • Con padres: si das clases a niños pequeños o clases de refuerzo, es imprescindible reunirse con los padres. La comunicación con estos es clave, tienes que ser capaz de montar un equipo con ellos. Escuchar su opinión es una gran fuente para el seguimiento del alumno.
  • Con otros profesores: si damos clases de repaso nuestro alumno tendrá otros profesores con los que si es necesario tendremos que tener cierto contacto. Estos seguirán otro tipo de seguimiento y sabremos cosas de nuestro alumno que no vemos en nuestras clases, algo muy valioso.

Si queremos sacar algo en positivo de este tipo de reuniones tendremos que hacer un trabajo previo con aquellos aspectos que queremos conocer y sacarlos en la reunión.

Comunicación

Un profesor particular debe ser capaz de evaluar cosas que vayan más allá de los resultados académicos. Por ejemplo, el esfuerzo, la seriedad, la progresión, la capacidad de atención… Este tipo de cosas que son muy difíciles de ver y sobre todo de cuantificar.

Aunque los profesores particulares tengan un contacto muy directo con sus alumnos hay muchas horas de estudio en las que no están presente y que son clave para saber si está existiendo progreso o no. Es por eso que debemos trabajar en la comunicación.

La comunicación con nuestro alumno en primer lugar, que nos de la percepción de su propio progreso. La percepción del alumno no siempre es honesta, pero es importante escucharla y prestarle atención, porque no es lo mismo tener un alumno que cree que puede dar más de sí, que otro que se siente cansado y desmotivado.

Por otro lado tenemos que tener una buena comunicación con su entorno. Cuando acaba la clase el alumno que en mano de otras muchas personas a las cuales también hay que escuchar. Si damos clases con menores o clases de refuerzo es muy importante escuchar a los padres.

Estos tienen una imagen global del progreso del alumno y no solo te puede dar información académica, también sobre el ánimo o el comportamiento que influye muchísimo. El progreso no solo sacar más o menos nota en las calificaciones.

Si tenemos un alumno que va progresando a nivel de calificaciones pero cada vez está más bajo de ánimo o más desencantado podemos intuir que tarde o temprano llegará el fracaso. Esto solo lo podemos saber si tenemos una buena comunicación con el entorno del alumno.

La importancia de las calificaciones

Son importantes las notas porque son el principal indicador del progreso de un alumno. Algunos padres y profesores se centran mucho en la importancia de las mismas, pero hay que saber bien qué es lo que las calificaciones reflejan y darle la importancia que merecen.

En torno a este punto en la comunidad educativa hay dos posturas contrarias, desde los que piensan que las notas no tienen apenas importancia hasta aquellos que centran sus esfuerzos solo en mejorarlas, pero debemos encontrar un término medio.

¿Qué reflejan las notas de un alumno?

  • Generalidades: las pruebas que se les pone a una clase de alrededor de treinta alumnos es la misma, cuando cada alumno tiene capacidades y ritmos distintos. El sistema y los profesores son conscientes de esto, pero simplemente no se puede hacer de otra forma. Por eso las notas de un examen no personalizado solo refleja una idea general del aprendizaje de un alumno. Si un alumno baja la nota de un exámen con respecto al anterior no tiene que significar que vaya peor, solo que aquello que se le da mal ha entrado y lo que se le da bien no. Es la sucesión de malas calificaciones a lo largo del tiempo lo que debe preocuparnos.
  • Puntos débiles: si sacamos una mala nota en un examen porque ha entrado algo que se nos da mal está claro que hay algo en lo que debemos trabajar. No es motivo de alarma, todos tenemos algunos puntos débiles y todos debemos trabajar en ellos. Los exámenes vienen bien para darnos cuenta de cuáles son y reforzarlos.
  • Puntos fuertes: de la misma las buenas calificaciones solo indican aquellas cosas en las que vamos bien. Por eso mismo es muy importante revisar los exámenes, ver que ejercicios hemos hecho bien y cuáles no. Porque una nota es solo un número, si no lo vemos al detalle no podremos ver qué es lo que hemos hecho bien.

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¿Qué no reflejan las notas?

De la misma forma que hay cosas que reflejan las calificaciones hay otras muchas cosas que no. Pero por costumbre creemos que sí lo hacen. Son muchas las personas que juzgan a un alumno en base a las notas que sacan.

Hay aspectos que creemos que reflejan las calificaciones pero no. Creer lo que lo hace es algo injusto que puede provocar una frustración irreparable para muchos alumnos:

  • No refleja las capacidades de cada alumno: sólo refleja la líneas generales, pero si un alumno es creativo, tiene mucha memoria o es muy resolutivo es algo que no se refleja en las notas. Cada alumno es un mundo y hace falta mucho más que un examen para descubrirlo.
  • No muestra lo que causa los problemas: puede ser el reflejo de un problema, pero no muestra al detalle lo que lo causa. Para saber qué le ocurre al alumno tenemos que seguir explorando.
  • No marca el nivel de exigencia: muchos caen el en el error de que podemos exigirle la misma nota a todos los alumnos. Las notas indican un mínimo, pero más allá del 5 puede que un bien sea igual de valioso para un alumno que un sobresaliente en otros. Todo depende de la capacidad.
  • No refleja el estatus social: esto es algo que mucha gente hace casi de forma instintiva. Ordena en la mente los alumnos de mejor a peor según las notas que sacan. Un error muy común y terrible para el progreso de muchos.
  • El valor de un alumno: hay muchísimos factores que indican el valor de un alumno. Y no tiene que ver con las notas. El esfuerzo, el sacrificio, el trabajo… son cosas que no siempre se reflejan en las calificaciones. Es muy común que un niño que saca buenas no se le controle, puede que este tenga altas capacidades y que cuando salga al mundo laboral tenga serios problemas. De la misma forma si exigimos grandes notas a alumnos que no pueden, podemos crear frustraciones muy complicadas de eliminar.

Las notas son la mejor forma posible de evaluar a una clase multitudinaria, pero no es la mejor forma posible. Lo mejor para hacer el seguimiento a un alumno es personalizar las evaluaciones. Realizar ejercicios y pruebas que reflejen todos los aspectos a tener en cuenta y eso es algo que solo un profesor particular puede hacer.

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