Antes de dar el primer paso y comenzar a aprender inglés es muy importante saber qué nos motiva a hacerlo. Aprender un nuevo idioma puede ser fascinante, pero también frustrante si no sabemos por qué y para qué estamos recorriendo ese camino de aprendizaje.
Cuando hacemos algo que nos motiva, nos mueve, nos energiza, el camino se hace mucho más transitable y se puede disfrutar el proceso, sin pensar tanto en los resultados. Esa es la clave: enfocarse en el proceso, los resultados llegan, ¡te lo aseguro!
Por eso es importante que no empieces a recorrer este camino y a buscar tutoriales, libros y cursos sin antes preguntarte:
¿Qué me motiva a aprender este idioma?
¿Para qué quiero aprenderlo?
Las motivaciones más poderosas son aquellas que provienen de nuestro interior (el deseo de viajar y comunicarse con otras personas, aprender sobre otras culturas, conseguir un mejor trabajo, ampliar conocimientos o simplemente como un pasatiempo).
Las motivaciones pueden variar con el tiempo y es muy probable que lo hagan. Esto es totalmente natural. Lo importante es que nuestra llama interior no se apague y para eso tenemos que primero identificar qué es lo que nos mueve a aprender y luego cuidar y nutrir ese vínculo con el aprendizaje.
El aprendizaje de un idioma es una tarea que requiere paciencia, perseverancia y dedicación, pero esto no tiene por qué ser aburrido o sacrificado, al contrario, puede ser muy divertido y entretenido.
Adivina cuál es la clave para estar más enfocados, encontrar tiempo para practicar en la vorágine de nuestros días y a su vez disfrutar.
¿Adivinaste? ¡Sí! ¡Eso es! La clave está en conectar con tus motivaciones.
¿Qué esperas para ir a encontrarte con ellas?
Te invito a que te tomes un ratito de tiempo, en un lugar que te sientas a gusto, tomes un lápiz y papel y hagas una lista de todo eso que hoy te anima, te incentiva y te motiva a aprender inglés.
¡Me encantaría leer tu lista de motivaciones!
Have a nice day!