¡Vacaciones! Los reyes de la casa estaban contando los minutos que faltaban para el fin de las vacaciones, y los padres también, aunque solo fuera por librarse de las discusiones diarias por el tema deberes…
Las celebraciones por las vacaciones no duran demasiado, porque las notas que otorgan la libertad para disfrutar del verano (o no) no vienen solas, sino que traen una polémica compañía: los deberes en verano. Hay docentes que “obligan” a realizar estos deberes a todos sus alumnos, otros que personalizan este refuerzo escolar a medida de cada alumno y otros que, simplemente, sugieren actividades de libre realización, pasando la pelota de si hacerlos o no a padres y niños.
Con un panorama así, lo único cierto es que los deberes de verano son un clásico que cada año aparece terminar el curso, un clásico que impide poner el punto y final al curso, por muy bien que este haya ido. Y si los deberes escolares no pasan por su mejor momento, los deberes en verano cosechan aún menos simpatías.
Rutina y hábito o merecido descanso, las opiniones son muchas cuando se pregunta: ¿Hay que hacer deberes en verano?
Deberes en verano: ¿Hay que hacerlos?
Con una parte a favor del sí claro y otra que huye de los deberes de verano como de la peste, en esta tarea los padres juega con una baza a su favor, que los deberes de verano no influyen en ninguna nota o, al menos, no directamente…
Los expertos dicen: “La libertad total para desconectar con es buena”
Si la pregunta se lanza a quienes se encargan de la educación de los más pequeños y a quienes ejercen las tareas de control de la educación, la respuesta es clara: “Hay que hacer deberes en verano”.
Los motivos son de sobra conocidos: “Mantener las rutinas de estudio” o “Favorecer una vuelta al colegio más sencilla para los niños” Son los argumentos que esgrimen quienes dan el “Sí a la tarea escolar de refuerzo en verano”. Eso sí, es una afirmación con puntualizaciones, no vale cualquier tarea para el verano, tampoco elegir un cuaderno de vacaciones al azar, el plan de deberes para las vacaciones debe ser personalizado y bien estructurado, teniendo en cuenta el curso en el que está el niño, su edad y las habilidades que necesita reforzar el curso próximo.
Para los expertos la clave no está en “cargar” a los niños de tareas escolares en verano, o de procurar que aprendan más en estos meses o de forzar su aprendizaje natural, más bien invitan a favorecer sus progresos y a reforzar el aprendizaje básico con tareas que incluyan, por ejemplo, la lectura y la escritura, que favorezcan la memorización o que sirvan para adquirir destreza usando técnicas de memorización adecuadas según su edad. Hay que añadir también que los defensores de la tarea de refuerzo en verano añaden que los niños también tienen derecho a unos días de descanso.
Los padres argumentan: “Ellos también tienen derecho a disfrutar de las vacaciones”
Del mismo modo que los adultos disfrutan de un periodo largo de vacaciones, también los niños necesitan un tiempo de libertad y descanso. Tiempo del que pueden disfrutar durante el verano, un momento en el que también los padres suelen disfrutar de sus vacaciones, así que al derecho a descansar, hay que añadir la posibilidad de pasar ese valioso tiempo en familia que reclaman los padres.
Si durante el año escolar eludir la obligación de los deberes, que normalmente influyen en la nota, es difícil, en verano lo fácil es deshacerse de la tarea asignada por el maestro (cruzando los dedos para que el año próximo el docente cambie) y, lo que es más importante, olvidarse de los “clásicos” que acompañan a los deberes: riñas, discusiones, mal ambiente en casa… Decir “no a los deberes en verano” es también dar esquinazo al problema al que muchas familias se enfrentan cuando hay que hacer deberes.
Por supuesto, no todos los padres están en contra de los deberes hay padres que solicitan tarea escolar e intentan que sus hijos mantengan una rutina diaria, conscientes de que sus hijos se aburren si se pasan todo el verano sin hacer nada. Y también el de los padres que, no contentos con los deberes estivales asignados por el maestro que ha seguido al niño, buscan complementos y más refuerzo para la formación de sus retoños en verano, y que convierten las vacaciones en un puente de formación entre un curso y otros.
Entonces: deberes en verano: ¿sí o no?
Padres que defienden que “parece que en verano les ponen más deberes y los maestros aprovechan para que terminen todo lo que no han podido terminar durante el curso” y maestros que defienden que “Sin una cierta rutina, la vuelta a clase será más difícil, y el aprendizaje será más lento”. Así es la realidad de los deberes en verano.
Si el tema deberes escolares es fuente de puntos encontrados, con los deberes de verano no iba a ser de otra forma, con una parte defendiendo los beneficios de mantener rutinas y otra abogando por el derecho a las vacaciones.
Pero en esta ocasión son los padres los que tienen la última palabra, después de todo, en este caso los maestros no evaluaran a sus hijos por las tareas escolares de verano realizadas o no realizadas.
Y tú: ¿Vas a animar a tus hijos a que hagan los deberes en verano o les darás vacaciones?